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  • LA PRENSA

L os datos de los observatorios de la calidad del aire muestran que después de la noche de San Juan, en las ciudades de La Paz y El Alto, las personas fueron capaces de actuar con responsabilidad con ellas mismas y con sus semejantes, pues los niveles de contaminación ambiental se mantuvieron el lunes al amanecer en aceptables condiciones.

El área metropolitana de La Paz, que incluye a los municipios de La Paz, El Alto, Laja, Viacha, Achocalla, Mecapaca y Palca reúne a más de dos millones de habitantes, cuya sola presencia causa deterioros atmosféricos, que en ocasión de celebrarse la festividad de San Juan fueron mucho mayores en años pasados.

Desde que en 2000, las autoridades ediles paceñas iniciaron una cruzada para contrarrestar el encendido irracional de fogatas en nombre de una tradición cultural cuyos orígenes son importados, hubo momentos en los que las costumbres se impusieron, pero con el paso de los años y la repetición de mensajes acerca de la necesidad de proteger el medioambiente, las nuevas generaciones han tomado conciencia y los índices de polución se han reducido gradualmente año tras año.

Los principales problemas se ubican en áreas circunvecinas a las principales áreas urbanas de la región metropolitana paceña, cuyos alcaldes y funcionarios municipales de mayor rango se ven imposibilitados de hacer cumplir las leyes en materia ambiental.

Los 91,8 microgramos de partículas por metro cúbico medidas en La Paz y los 100 microgramos en El Alto están lejos de permitir que paceños y alteños respiren un aire completamente puro, pero es un avance.

En las antípodas se encuentran las ciudades de Oruro y Potosí, donde las mediciones superaron largamente los 400 microgramos que, de acuerdo con las regulaciones legales del país, deben ser sometidas a acciones radicales para contrarrestar los efectos de colectividades drásticamente afectadas.

La única manera de mantener bajos los niveles de contaminación, no sólo en estas fechas, sino todo el año es la persuasión y la educación. Es imprescindible continuar por esta senda abierta hace poco menos de un cuarto de siglo.