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La Paz conmemora 215 años de su gesta libertaria. Es el centro estratégico político del país, en el ámbito económico, comercial, financiero y cultural, por su diversidad geográfica, por su población trabajadora, además de sus recursos naturales y económicos.

Desde el 16 de julio de 1809, cuando se produjo el grito libertario, La Paz se convirtió en un eje de relaciones entre Lima y Buenos Aires, lo que ha construido la identidad paceña, es decir, una fuerte “conciencia nacional”, pues en este departamento está la sede de gobierno, donde se adoptan las grandes decisiones políticas para el país.

“Tiene las condiciones fundamentales para seguir siendo un centro clave para Bolivia, en el ámbito económico, comercial, financiero y cultural”, explicó el investigador, docente universitario y sociólogo, Eduardo Paz Rada.

En su criterio, desde finales del siglo XIX y durante la anterior centuria, La Paz ha sido “el eje central de la política del país”, pese a que después de la Revolución de 1952 y del proceso del Estado Plurinacional, todas las regiones cobraron relevancia.

“Eso es indudable, porque hubo fuertes migraciones, hay nuevos ejes económicos importantes, con base en recursos naturales y en la agricultura; por tanto, La Paz —sin dejar de ser un centro estratégico—, ahora comparte algunas vanguardias económicas y comerciales con Santa Cruz, por ejemplo”, agregó Paz Rada.

Con todo, el potencial de La Paz en cuanto a recursos naturales, recursos económicos y diversidad ecológica le sitúa como un “polo estratégico de la integración”, por su cercanía con los puertos de Chile y Perú.

En 2023, La Paz fue el principal productor de minerales, con el 43,8% del valor total generado, merced a la explotación de oro, en primer término, además de estaño, zinc, cobre, wólfram, antimonio, plata y plomo.

Sin embargo, el hecho de ser la sede de gobierno, con los órganos Ejecutivo y Legislativo, además de ciudades intermedias y municipios importantes, “genera que los conflictos de concentren en esta ciudad”.

“Cuando hay conflictos entre Potosí y Oruro, La Paz es el lugar donde las personas se van a manifestar. Hay sectores mineros, obreros o campesinos de otras regiones del país que van a concentrar su atención en La Paz y esto genera un problema en la dinámica urbana”, explicó el sociólogo.

Empero, al mismo tiempo, es el lugar donde se generan las soluciones, “se da respuesta a los grandes problemas”, agregó. Según proyecciones del INE a 2024, el departamento de La Paz cuenta con 3.107.890 habitantes, por lo que concentra más de la cuarta parte de la población nacional.

Esto implica desafíos, entre ellos, generar políticas regionales para que haya una “integración y complementación” entre las distintas regiones del departamento, sin desconocer la relación con el país, además que necesita una mayor integración vial hacia el norte y este del departamento.

Para Paz Rada, otro desafío es “generar nuevos núcleos en las ciudades intermedias, para que sean centros industriales y comerciales, y así hacer de La Paz un departamento de múltiples potencialidades y complementación, con influencia en el ámbito nacional e internacional”.

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