- Deporte
- LA PRENSA
Marcelo Bielsa está de moda, no solo por su trabajo y lo que está haciendo con Uruguay en la Copa América 2024, sino porque es un hombre reflexivo y cuando habla lanza incluso mensajes con un fuerte matiz social.
En el banco es un espectáculo en cada partido. Se para, cruza los brazos, ve con total atención lo que hace su equipo en el campo de juego. Nunca sonríe, siempre está serio. A ratos también se sienta, siempre sobre un contenedor de aguas. Un día, cuando dirigía en Europa, se sentó cuando estaba sobre ese contenedor un vaso de plástico de café… En fin, es un show aparte.
Este técnico argentino de 68 años trabaja con meticulosidad y detalle. Está enterado de todo. Hasta parece que no duerme. Y con su trabajo se ganó el respeto de todos. En Uruguay, al principio, soportó muchas críticas porque, ni bien se hizo cargo de la selección, “borró” a algunos jugadores históricos, como Luis Suárez y Edinson Cavani. Hoy su palabra es ley.
MENSAJE AL PERIODISMO
Estos días, la prensa internacional destacó una declaración que hizo en la antesala del Brasil-Uruguay. Un periodista le pidió una reflexión sobre el equipo de Sao Paulo de 1992, que tenía una constelación de estrellas y era dirigido por Telé Santana, y que le ganó en la final de la Copa Libertadores a “su” Newell’s Old Boys.
“Pobre fútbol sudamericano”, fue lo primero que dijo. Luego comentó: “Eso sí que era otro fútbol… Mire qué interesante, si usted recuerda la formación de Sao Paulo eran todos jugadores de la selección brasileña jugando en el torneo local.
Fíjese lo que le ha pasado el pobre fútbol sudamericano. Yo tengo mala memoria, pero usted sabrá que ahí jugaban Raí, Antonio Carlos, Ronaldo, Cafú, Pintado, Evanilson. Eran todos jugadores ‘europeos’, pero antes de irse a Europa jugaron dos finales de Copa Libertadores”.
Ya entrando en el concepto de “pobre” fútbol sudamericano, anotó: “Entonces imagínese qué ha pasado con el fútbol. El fútbol es de propiedad popular… ¿Por qué? Porque los pobres tienen muy poca capacidad de acceso a la felicidad, porque no disponen de dinero para comprarla, y el fútbol, como es gratuito, les da eso.
Ese fútbol, que es una de las pocas cosas que horizontalmente los más pobres mantienen, esa felicidad no la tienen más, porque a los 17 años los Endrick, Estevao ya se van…
Qué lástima que lo tenga que decir yo porque me va a traer nada más que críticas. Pero usted (refiriéndose al periodista), que lo imagino ajeno al negocio, como representante de un gremio (el periodístico) que se atribuye un poder, que se manipula hasta el máximo, ¿por qué no asume, a través de la investigación, desenmascarar las mentiras?”.
En el cierre, Bielsa completó: “Cada vez que hay un episodio central, el poder difunde un montón de mentiras y después, los encargados de la difusión, en lugar de investigar y desenmascarar, comprometen a los hombres públicos, como Scaloni, Vinícius… Los usan para polemizar a través de ellos”.
¡Plop! Uno escucha (o lee) a Bielsa y es para caerse de espaldas. Poca gente con nombre y apellido se anima a cuestionar el poder y, menos, cuestionar el papel que juega el periodismo en la vida cotidiana de la sociedad en el mundo.
En Bolivia, Marcelo Martins se atrevió a pedirle a la prensa que investigue también a los dirigentes y se conozca públicamente qué hacen con el dinero del fútbol.
Empiezan a surgir, por tanto, personajes que le echan la sal a la herida a un periodismo que en la actualidad está cuestionado por la sociedad.
Por: Gustavo Cortez