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En un esfuerzo por controlar la salida de productos de primera necesidad hacia países vecinos, el presidente Luis Arce anunció la militarización de las fronteras. La medida responde a la creciente fuga de alimentos y bienes esenciales, lo que ha generado escasez en el mercado interno y presiones inflacionarias. Arce afirmó que esta estrategia tiene como objetivo asegurar que los productos destinados al consumo nacional se queden en el país y no sean desviados hacia mercados extranjeros, donde se comercializan a precios más altos.

La implementación de esta política será coordinada con las Fuerzas Armadas y otras instancias de seguridad, que reforzarán la vigilancia en puntos estratégicos de la frontera boliviana. El presidente subrayó que el contrabando de alimentos y bienes de primera necesidad, como azúcar, harina y aceite, afecta negativamente la economía interna y aumenta el costo de vida de los ciudadanos bolivianos. Esta medida también incluye un llamado a la población para colaborar en la denuncia de actividades de contrabando y apoyar las políticas de resguardo de la producción nacional.

Con esta intervención, el gobierno busca estabilizar el abastecimiento y controlar los precios de los productos en el mercado interno. La militarización de las fronteras se plantea como una solución temporal, mientras se implementan medidas de apoyo a la producción local y de incentivo para que los productos bolivianos se consuman prioritariamente en el país.