El mundo nuevamente se ve ante el espejo, confrontando la polarización entre Estados Unidos y sus aliados, frente a los BRICS, países emergentes que logran un crecimiento económico acelerado ante el estancamiento occidental.
En este contexto, Latinoamérica no está al margen de la batalla geopolítica y ya lo había reconocido así la jefa del Comando Sur de EEUU, Laura Richardson, como su “patio trasero” en marzo de 2023, en referencia a que sus “adversarios” estaban extrayendo “sus” recursos de la región, como el litio boliviano, chileno y argentino.
Hoy, el péndulo se movió hacia la extrema derecha en Argentina, tras la victoria en segunda vuelta del neoliberal “libertario” Javier Milei. Por supuesto que son varios años, desde la presidencia de Mauricio Macri, actual aliado de Milei, que el vecino país sufre alta inflación y que su sucesor, Alberto Fernández, tampoco supo enfrentar.
Desde la visión neoliberal, la causa de la inflación argentina es la emisión monetaria para solventar el gasto público, por lo que aplicó la megadevaluación del peso argentino y el recorte brutal de gastos del Estado, con la promesa de que sería la “casta” la que pagaría este ajuste.
Sin embargo, se puede ver que, para los neoliberales, la casta era el pueblo argentino, vamos a los datos. Un reportaje de la página “Chequeado”, en base a datos de la Secretaría de Hacienda, logró determinar que el 25,3% del ajuste lo están pagando los jubilados, un sector muy vulnerable, ya que recortaron el pago de jubilaciones y pensiones, además de ver subir los precios estratosféricamente desde el ascenso del “libertario” (144,4% de inflación acumulada en sus 9 meses de gobierno, ¡6 veces más alto que su antecesor Fernández!).
El 25,7% del ajuste fue reducido a los subsidios económicos y otros programas sociales, como los que reciben las personas por combustibles, electricidad y agua. El 23,2% del ajuste fue reducido de la inversión pública, lo que significa un golpe al empleo y las actividades económicas relacionadas a la construcción, como el transporte y los servicios. Solo el 23,4% se tradujo en una reducción de gastos de funcionamiento del Estado y las transferencias a las provincias y universidades públicas.
Producto de estas y otras medidas, Milei logró otro récord nefasto: 53% de pobreza moderada y 18% de indigencia, es decir, pobreza extrema. Más de la mitad de los argentinos cayeron en la pobreza por culpa de las políticas neoliberales, un máximo en 20 años, y alcanzando a más de 25 millones de argentinos pobres.
Para entender este dato en el contexto, Néstor Kirchner bajó la pobreza del 62% en 2003 a 37% en 2007. Cristina Fernández de Kirchner la bajó hasta el 30% en 2015, teniendo un mínimo histórico del 26% en 2011. Bajo el gobierno de Macri, la pobreza subió a 36% en 2019 y finalmente Alberto Fernández dejó el gobierno con un registro de 41,7% en 2023.
Pero, mientras en Argentina los adultos mayores sufren, en Bolivia se promulgó la Ley 1582, que incrementa las pensiones solidarias de los jubilados entre el 13% y el 24%, pese al inexplicable rechazo de los médicos, un apoyo muy necesario en momentos en que la inflación se viene elevando por los bloqueos en la Asamblea y en carreteras, el contrabando de al exterior, fenómenos climáticos, inflación importada, especulación de divisas y productos, entre otros. Como dijo Maradona un 14 de octubre de 1992 contra Menem, ídolo de Milei, “Hay que ser muy cagones para no defender a los jubilados”.