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  • Susana Salinas

La ciudad de La Paz “es una hoyada encantadora pero descuidada”. La expresión es de una turista que recorría ayer por el centro paceño.

Es imposible contradecir esa sensación, puesto que el atrio del templo de San Francisco se encuentra cercado por calaminas y, mientras se baja por la vía troncal, el comercio informal y la pobreza casi se palpan y dan paso a visiones de caos.

El subterráneo

Al llegar a la esquina con la calle Colombia, el subterráneo se encuentra descuidado, uno de los accesos, por la ruta de subida, estaba bloqueado cerca del mediodía con alambre de púas y palos. Para acceder al baño público, se debe verificar si el segundo acceso sobre la misma acera está libre.

En el interior, cuatro de 10 locales apenas lucen su mercadería, mientras otros espacios tienen los vidrios cubiertos con papel y, en algunos casos, basura y palos bloquean las puertas, mientras aún cuelgan de los techos adornos de la Navidad pasada, en medio de una luz mortecina por los focos quemados.

el prado.
El paseo de El Prado también ofrece un panorama contaminado por carteles, el monumento del navegante Cristóbal Colón con el rostro teñido de negro, por lo que está cercado por calaminas y andamios.

Las losas de la Plaza del Estudiante pareciera que bailan al compás de la gente que apura el paso. Al frente, en puertas del Ministerio de Salud, las aceras perdieron los cordones y los hoyos en el cemento causan torceduras de tobillos, pero “estamos acostumbrados ya”, dijo una personas al sortear los vehículos que hacen un interminable recorrido por ese céntrico sector urbano.

PLAZA DEL BICENTENARIO

Al final de su recorrido, la turista llegó a la Plaza del Bicentenario, frente al monoblock de la Universidad Mayor de San Andrés, donde ingresó en una galería que ofrece artesanías en busca de algún recuerdo.

La Plaza del Bicentenario es otra obra que luce abandonada, con las losetas destrozadas y el espacio de recreación, apetecido por feriantes de todo tipo y pelaje, quienes dejan cables colgantes, carteles, manchas de grasa en el sueño quebrado y desperdicios de toda naturaleza.

A tres meses de su llegada al cargo, el subalcalde del Macrodistrito Centro, Rodney Miranda, dijo que empezará a ordenar espacios, labor que demandará tiempo.

“Son muchas las demandas que hay en el centro de la ciudad. Empezamos a cambiarle el rostro”, comentó al recalcar que los trabajos en curso comprometen 20 kilómetros de aceras, que están en pleno proceso de reparación en diferentes calles.

“Pero hasta noviembre de este año vamos a entregar 10 espacios verdes de recreación y esparcimiento en el centro de la ciudad, totalmente renovados”, apuntó.

Sobre la Plaza del Bicentenario, reconoció que nada puede hacer. “Ahora es el único espacio que nos queda para desconcentrar las ferias, ya que no tenemos la Plaza Mayor de San Francisco”, dijo, por esa razón este espacio está en la agenda de ‘obras por hacer’ del Subalcalde, aunque todavía sin fecha.