- Sociedad
- Susana Salinas
En una carta abierta, la oenegé Amnistía Internacional (AI) exigió ayer a siete gobiernos de la región, entre ellos Bolivia, tomar medidas urgentes sobre los incendios forestales, antes de que se produzca una catástrofe climática. El país concentra el 11,2 por ciento de todos los incendios en la región y Brasil tiene el 60%.
La organización global también subraya que si bien Bolivia ocupa el segundo lugar de afectación en la región, con cuatro millones de hectáreas quemadas, el daño “es proporcionalmente mucho mayor al de los incendios en Brasil, dada su extensión territorial menor”.
El perjuicio de los incendios forestales en la región fue relevado por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), que confirmó que la temporada de incendios forestales se presentó muy temprano en la región y fue más pronunciada que en otros años.
Esto generó enormes emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera y contaminó el aire del área. Además de la sequía, AI identifica el desmonte de tierras para la expansión de la industria agrícola como una de las causas de la crisis climática que se observa.
Además, el documento pone énfasis en que Bolivia declaró emergencia nacional el sábado 7, “sólo después de reiterados exhortos de observadores de derechos humanos y comunidades” que pidieron aplicar esta figura hace meses.
Refuerzan tareas de mitigación.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, explicó que rige una estrategia combinada contra los incendios forestales, que incluye el uso de aeronaves y operativos terrestres. Además de un escuadrón de drones, gracias a la colaboración prestada por expertos suizos.
El plan aéreo “Guardián” operó ayer en la Chiquitanía, sobre Ascensión de Guarayos, Urubichá y Concepción, donde está “la cabeza de los incendios”.
Con ayuda del avión alquilado Electra Tanker T481, secundado por dos Hércules C130, de la Fuerza Aérea Boliviana y de los Diablos Negros, se descarga unos 30 mil litros de agua por pasada. Se planificó hacerlos de dos a tres veces por día. También, ayuda en estas tareas el avión BK117, que fue alquilado por Francia.
“La estrategia de un ataque masivo y seguido nos da la esperanza de controlar incendios”, dijo Calvimontes.
A ese plan se suma el de “Brechas de la Esperanza”, que se opera por tierra, desde Monte Verde, donde maquinaria pesada surca líneas para contener fuego en medio de la vegetación.