- Sociedad
- Susana Salinas
Se calcula que Bolivia exporta al menos 24 mil toneladas métricas de castaña por año, actividad que genera empleos directos de al menos 35 mil familias en Riberalta y da oportunidades laborales a otras 20 mil personas que prestan servicios en las beneficiadoras.
Ahora, los incendios forestales arrasan los árboles de castaña y ponen en riesgo la recolección de almendra, que también moviliza cada año, entre noviembre y marzo, en la temporada de lluvias, a cerca de 150 mil trabajadores procedentes del norte de La Paz, de Pando y del mismo Beni.
“Los cultivos de castaña, asaí y majo están destruidos, estamos desesperados. La cosecha castañera está a la vuelta de la esquina, pero gran parte se ha quemado”, aseguró Gabino Álvarez, de la Federación de Campesinos de la Provincia Vaca Diez, de Beni, quien llegó a la sede de gobierno con productores de la Amazonia para pedir ayuda a las comunidades damnificadas y las pérdidas.
“Más de 4.000 hectáreas de monte se han quemado. Se han destruido los recursos naturales como asaí, majo, castaña y copoazú. Se han quemado animales y nuestra gente grita por agua”, agregó el dirigente.
“La sequía nos ataca desde el año pasado”, explicó, a su turno, Vivian Palomeque Irina, de la Central de Trabajadores Campesinos de Florida, Beni.
La representante de 30 comunidades dijo que, como extractivistas, no realizan la cosecha de la castaña a gran escala.
Explicó que con un buen manejo, un árbol de castaña puede comenzar a producir frutos a los tres años, pero si éstos sufren los efectos del fuego, la maduración de los nuevos demanda hasta 12 años antes de que den frutos.
“En el caso del asaí, si se pierde o muere, tardaremos por lo menos entre ocho y 10 años para que vuelva a crecer. Es una gran pérdida, vamos a tener que esperar ese tiempo para contar con esa producción”, señaló.
La explotación del árbol de la castaña, que es una especie no maderable de alto valor ecológico, se concentra en la zona norte del país que comprende a los departamentos de Pando, así como a las las provincias Vaca Díez, de Beni, y Abel Iturralde, de La Paz, y abarca un área aproximada de 100 mil kilómetros cuadrados, que representa el 10 por ciento de la superficie total del país, publicó en 2022 la Agencia Boliviana de Informaciones (ABI), que destacó que la explotación de la castaña es el segundo rubro de exportación no tradicional más importante del país, con 21.033 toneladas por un valor superior a 128 millones de dólares ese año.
Los incendios forestales, que llevan más de tres meses en la región, también afectaron otros cultivos.
“Se dañaron la yuca, el plátano, el arroz, el maiz, el ganado y las plantas maderables, el copoazú y el cacao”, indicó el dirigente Álvarez.
Los comunarios, quienes llegaron a La Paz, insistieron en la necesidad de recibir ayuda.