• Economía
  • LA PRENSA

La decisión del Gobierno argentino de Javier Milei de paralizar las obras de reversión del Gasoducto Norte y la ampliación del Gasoducto Néstor Kirchner para transportar gas natural de Vaca Muerta resultó ser beneficiosa para Bolivia que requiere dólares.

El último reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que en abril el mercado argentino demandó 149 millones de metros cúbicos, mientras que en marzo las compras llegaron a 84 millones de metros cúbicos.

Según el medio digital La Política Online la suspensión de las obras de ambos gasoductos obligó al mandatario argentino a firmar una adenda al contrato de gas con Bolivia para garantizarse la provisión y evitar problemas en invierno. Algo más, el precio por millón de BTU (Unidad Térmica Británica) del gas boliviano sería de 21 dólares, mientras que el gas de Vaca Muerta cuesta 4.5 dólares, diferencia que generó reacciones en el país vecino.

Consultado sobre el particular, el exsecretario de Energía de Argentina Darío Martínez estimó que el Gobierno pagará 185 millones de dólares extra para que las provincias del norte tengan gas en agosto y septiembre. “La inoperancia, la subestimación y el desconocimiento del Gobierno sobre la materia energética solo hacen que la energía le cueste cada vez más al país”, dijo al medio digital a tiempo de agregar que los precios aceptados por Enarsa son “groseramente superiores” a los de Vaca Muerta.

Según criterios recogidos por medios argentinos algunas autoridades habían anticipado que desde junio ya no comprarían más gas natural boliviano, luego señalaron que lo seguirán haciendo hasta octubre para “nunca más” volver a importarlo y la pregunta que se hacen en la vecina nación es si esto realmente se podrá efectivizar o Bolivia seguirá vendiendo gas.

Por: Gregory Beltrán