• Economía
Foto: LOS TIEMPOS
  • Gregory Beltrán

30/12/2024.- Diversos factores, como los bloqueos, la sequía, la escasez de dólares y combustibles, convirtieron a la gestión 2024 en una de las peores, con pérdidas que seguramente continuará en  análisis hasta el próximo año. 

A tiempo de hacer una evaluación del 2024, tanto el sector privado como el público coinciden en destacar las cifras negativas de este año, pero también concuerdan en que es necesario pasar el “trago amargo” y centrarse en mejorar la gestión 2025. El Gobierno apunta a desarrollar tres ejes “clave” para la recuperación económica, “una combinación de inversión pública y privada, el desarrollo de sectores estratégicos y la mejora de la productividad agrícola”.

EL AÑO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN.

El reporte del Ministerio de Economía señala, además, el reimpulso de la minería de plata, así como el inicio de operaciones de la planta siderúrgica del Mutún y de la planta FAME 2, para reducir la subvención del diésel y aliviar el déficit fiscal. 

Se tiene previsto la inauguración de 10 plantas de bioinsumos (abonos y agrofertilizantes), así como plantas frutícolas, procesadoras de cereales y de productos cárnicos. También se contempla 10 plantas procesadoras de papa, cuatro de yuca, cinco de la industria aceitera y tres centros de acopio y almacenamiento.

“Visualizamos un 2025 mejor que el 2024, con una mayor producción y una contención de precios que van a permitir aplacar la tasa de inflación”, dijo el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro.

El Gobierno apunta a la guerra entre Rusia y Ucrania como uno de los factores del proceso inflacionario, además del aumento de las tarifas de transporte marítimo y el bloqueo de créditos en la Asamblea que impidieron que el país cuente con recursos frescos. 

Sobre las perspectivas para 2025, proyecta un crecimiento del PIB del 3,51% y una inflación del 7,5%. Se prevé una inversión pública de 4.024 millones de dólares, con un déficit fiscal del 9,2% del PIB.

LOS EMPRESARIOS.

El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Giovanni Ortuño, señaló que el año que concluye fue complejo y desafiante. “Nos hemos enfrentado a una serie de dificultades que, de muchas formas, cambia la vida de nuestras familias, de nuestra comunidad y, en general, de nuestra nación”.

La ciudadanía soportó el aumento creciente de los precios, mayor dificultad para conseguir trabajo y la caída de sus ingresos, “signos claros de que la economía necesita urgentemente medidas correctivas”, apuntó Ortuño.

Señala, además, la persistente escasez de divisas, la irregularidad en la provisión de carburantes, los bloqueos de carreteras y los efectos del cambio climático, que “han tenido un impacto devastador en todos los sectores, que dificultó las cadenas de producción y comercio, que generó una creciente inseguridad económica. La crisis también ha dado lugar a conductas delictivas como la especulación, el contrabando inverso y el incremento de precios”, aseguró Ortuño.