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  • Susana Salinas

A tres meses del estallido de los incendios forestales en el oriente, un biólogo neerlandés aseguró que “recuperar un bosque con varios estratos y con toda la biodiversidad que se conocía en las regiones afectadas por los incendios tardará en recomponerse de 100 a 500 años”.

El Gobierno informó que por el desaste se afectó hasta ahora cerca a cuatro millones de hectáreas, de la que el 60 por ciento está compuesto por pastizales y 40 por ciento, bosques.

PASTIZALES.

De acuerdo con Vincent Vos, integrante del equipo de profesionales del Instituto de Investigaciones Forestales de la Amazonía de la Universidad Autónoma del Beni, la recuperación de los pastizales será realtivamente rápida, pues “los pastizales naturales, como los de la Chuiquitania, están de alguna manera adaptados al fuego. Los árboles tienen cortezas gruesas y el tronco ‘sobrevive’. Esta condición permite que al acabar el fuego, con la primera lluvia, se dé un retoño”, explicó.

En ese ambiente, el pasto rebrota, así como las plantas herbáceas. “En un año ya podríamos tener una recuperación bastante fuerte de biodiversidad y de animales que vuelven a este tipo de terrenos”, dijo.

BOSQUES.

Pero los incendios de la parte boscosa son de dificl recuperación. El daño ocasionado hasta ahora, señaló, conlleva la muerte de por lo menos 10 millones de mamíferos y, entre 50 y 100 millones de otro tipo de vertebrados, como anfibios, reptiles o aves.

Aunque otras especies escaparon del fuego, comentó, es seguro que, con el tiempo no tengan un hábitat donde vivir, porque su hogar tardará en recuperarse y se prevé su desaparición. 

En el cálculo no se cuentan los insectos, que también son parte del ecosistema local, muchos de ellos importantes para el ciclo de la polinización, como las abejas nativas, cuya ausencia podría en riesgo orquídeas, árboles de castaña o de azaí, entre otros.

“Su desaparición tendrá consecuencias gravísimas, pero no podemos decir cómo, no hay suficiente información suficiente en este momento”, indicó.

Explicó que la primera forma de “recuperación” de un bosque, después de unos años, será una vegetación de barbecho, que se conoce como bosque secundario.

En el bosque quemado se modifica la temperatura y se afecta la vida de su ecosistema. “En el interior de un bosque con sombras la temperatura es de unos 25 grados, pero sin árboles y con vegetación quemada se eleva hasta más de 40”.

Explicó que el fuego acaba con la dinámica del suelo boscoso. Se daña toda forma de vida; el suelo se erosiona y los nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio se evaporan, “no hay fertilidad ni condiciones para la vida”, se lamentó el profesional europeo.