La Cámara Baja ha aprobado el proyecto de Ley de redistribución de escaños con base en los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2024, mediante la que Santa Cruz ganará una curul y Chuquisaca perderá otro. El documento debe ser refrendado por el Senado.
Los vocales del Tribunal Supremo Electoral habían alertado de la necesidad de que esta disposición legal sea puesta en vigencia lo antes posible para que técnicos del cuarto Órgano del Estado se pongan de inmediato a desarrollar la labor de delimitar las nuevas circunscripciones electorales de ambos departamentos.
No es una tarea sencilla. Hay que recordar que la ciudadanía elige a la mitad de los diputados por sus circunscripciones, vale decir que son uninominales y sin contar con la nueva distribución de plazas sobre la base de los datos del Censo no será posible realizar los comicios de agosto bajo la nueva distribución poblacional del país.
En este punto, de nada sirven las protestas de los representantes chuquisaqueños que afirman que no permitirán perder un espacio en la Cámara Baja. Las declaraciones hechas por legisladores provenientes de esa región del país sólo son demostraciones de demagogia para contentar a un electorado que cada vez es menos representativo en el concierto nacional.
En tal caso, las protestas deben dirigirse no en contra de quien realiza las mediciones poblacionales sino a las autoridades regionales que poco hicieron para retener a los habitantes de sus municipios en condiciones de prosperidad, trabajo y productividad que no les permitan pensar siquiera en emigrar.
Criticar al Instituto Nacional de Estadística equivale a retrotraer la costumbre medieval de ahorcar al mensajero que llevaba malas noticias sin abocarse a desentrañar quién causó el problema.
Es necesario, ahora, que la Cámara Alta sancione el proyecto de ley para que, a la brevedad posible el presidente Luis Arce lo promulgue y los comicios generales de agosto se desarrollen en el mejor marco posible de legalidad y transparencia.
Será, además, una forma de fortalecer la siempre amenazada democracia boliviana.