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Desarrollar capacidades productivas y tecnológicas; sumar destrezas investigativas y de conocimiento; repensar el modelo de gestión, ajustar reglas y regulaciones para atraer inversiones; promover la sostenibilidad ambiental y social, y realizar alianzas estratégicas, son algunos de los desafíos que CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe identificó para que Bolivia avance en su propósito de extraer, industrializar y comercializar el litio.

“El litio se ha convertido en uno de los minerales críticos a nivel mundial, pues permitirá abandonar los combustibles fósiles, reducir la contaminación y dará paso a una energía limpia, barata y sustentable”, mencionó la representante de esta institución en Bolivia, Jeannette Sánchez, quien explicó que, por esta razón, y por la necesidad energética de las tecnologías del futuro, la demanda de este recurso es cada vez mayor. Se proyecta que hasta 2050 se multiplique en al menos 11 veces, situación que da una gran oportunidad a Bolivia, que forma parte de los países que forman el “triángulo del litio” de América Latina, junto a Chile y Argentina, y que concentran el 68 por ciento de las reservas mundiales del llamado oro blanco.

LOS DESAFÍOS

La representante sostuvo que para avanzar hacia ese objetivo y llegar a tener una producción comercial y competitiva, Bolivia debe afrontar una serie de desafíos de políticas públicas.

En este contexto, planteó desarrollar capacidades productivas y tecnológicas que le permitan avanzar en el proceso de industrialización, hasta alcanzar la parte de la cadena de valor que le sea posible.

Esta posibilidad está relacionada con otro desafío, vinculado con su capacidad de complementar acciones con otros países que también producen litio, en términos de destrezas investigativas, de conocimiento y desarrollo comercial y productivo. Otro reto es lograr financiamiento y ajustar sus reglas y regulaciones para atraer transferencia tecnológica, económicas y de conocimiento, sin perder soberanía sobre la administración de este recurso.

Asimismo, otro aspecto que Bolivia tiene por delante es promover en todos sus proyectos productivos de litio la sostenibilidad ambiental y social, que pasa por propiciar la participación de la población para preservar los paisajes y el agua.

Acotó que el país necesita contar con profesionales y centros de investigación científica y tecnológica necesarios para desarrollar su potencialidad referente al litio. “Por ello, es muy importante la articulación con universidades nacionales y regionales”, señaló.

Estos retos fueron enumerados en el “Foro Transición Energética Bolivia 2050”, realizado los días 27 y 28 de junio pasados en Santa Cruz de la Sierra.

Sánchez recomendó que antes de verse como competidores, los países del “triángulo del litio” deberían unirse y cooperar en términos tributarios y técnicos, y complementar sus capacidades para mostrar la fortaleza de la región al momento de encarar negociaciones, ante grandes compradores, públicos o privados cuyo peso económico es importante a nivel mundial.

Por: Freddy Grover Choque