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El hallazgo de excremento de ratón, además de utensilios en mal estado y deficiente manejo de alimentos es casi habitual en los sitios de venta callejera de alimentos y bebidas no alcohólicas, al igual que en algunos establecimientos que se dedican a este rubro en el centro de La Paz.

Un ejemplo reciente se detectó en un operativo de rutina realizado el miércoles por funcionarios de la Intendencia de la Subalcaldía Centro a puestos de venta de pasankalla, maní y frutos secos en las calles Issac Tamayo e Illampu.

El personal municipal observó a roedores debajo de los puestos y una paloma muerta en un local en el que se elabora el producto.

“Es un atentado a la salud pública. Lamentablemente encontrar heces de paloma, de ratón y un ave muerta dentro del lugar muestra que no son las condiciones para elaborar productos alimenticios. Antes de comenzar el trabajo, debería haberse realizado una limpieza de todo el lugar”, dijo la intendenta del Macrodistrito Centro, Susana Tellería.

La funcionaria edil indicó que el propietario del recinto argumentó que solo por el feriado abrió el local y también él se encontró con sorpresas, sin embargo, esa disculpa no impidió que se proceda a la suspensión de la actividad y decomiso de todos los productos.

Al respecto, el subalcalde del Centro, Jimmy Osorio, informó que propietarios y vendedoras de un gran número de puestos callejeros de alimentos y de locales, que se dedican al expendio de comida, violan las normas de innocuidad, pese a que los funcionarios dan cursos sobre su manipulación e higiene.

“Lamentablemente, encontramos una gran cantidad de violaciones a las normas de manipulación, preparado, expendio y almacenamiento de los alimentos. Por ello, los operativos de control son frecuentes. Entendemos la situación de las personas que se sustentan con la venta callejera de alimentos, pero no podemos permitir que dañen a la población que consume estos productos”, indicó.

En ese sentido, para evitar daños económicos mayores a quienes infringen las normas sanitarias, los funcionarios les entregan boletas de apercibimiento, aunque cuando se trata de la primera oportunidad, se les solicita que mejoren sus procedimientos; en una segunda ocasión, se suspende la actividad económica por espacio de 10 días y a la tercera, se procede a la clausura definitiva del puesto.

“Para precautelar el derecho de las vendedoras es que procedemos de esta manera, pero nuestro interés mayor son los ciudadanos que acuden a estos lugares y, para cuidar su salud, es que los operativos se intensificarán con el fin evitar que los alimentos que consumen les puedan causar daños físicos”, sostuvo el subalcalde Osorio.

Por: Wilma Pérez