El 13 de noviembre pasado se recordó los 85 años de la muerte del líder aymara y quechua del movimiento indígena de los caciques apoderados, Santos Marka T’ula (SMT), acaecida en la ciudad de La Paz en 1939. La esposa de Santos, Manuela Guarachi (MG), murió el 17 de agosto de 1968, es decir, hace 56 años.

SMT desde 1914 hasta su muerte fue el representante más importante de los ayllus y comunidades de la región andina del país, que luchó contra todas las formas de usurpación de tierras de los hacendados. Según testimonios de su familia, SMT y MG tuvieron 4 hijos (Celestina, Gregorio, Andrés y Candelaria). 

Los descendientes de Marka T’ula estaban convencidos que su padre fue eliminado físicamente por los médicos que le atendieron en el hospital, ya que al ingresar solo tenía una tos leve. Se preguntaban, “¿cómo reclamar en esa época donde todo estaba contra nosotros y peor hacia los que lideraban pidiendo justicia?” Se enterró en el Cementerio General de la ciudad de La Paz, aunque es muy difícil dar con su última morada u obtener el dato que ratifique su asesinato.

El hijo de SMT, Andrés, pretendió seguir los pasos del padre. Lamentablemente, le sorprendió la muerte muy joven. Según la memoria de sus hijos, Andrés fue golpeado por un grupo de jóvenes, por encargo de algunos patrones contra los que luchó SMT. Arribó de la ciudad de La Paz a Ch’uxña, la comunidad de origen, ya en un estado de salud difícil, “vomitando sangre”.

Una de las contingencias más impactantes en la vida de SMT sucedió en 1918, cuando lo arrojaron al río Cajón, en los Yungas, hecho del que sobrevivió con la ayuda de los pueblos amazónicos. ¿Qué pueblos lo salvaron y lo protegieron? Sus enemigos fueron los latifundistas y los políticos asociados con curas, monjas, militares, policías y muchas autoridades de Estado.

Santos Marka T’ula viajaba a pie por las comunidades aymaras y quechuas, explicando a sus hermanos/as por qué se tenía que defender las tierras ancestrales. 

Uno de sus escribamos, Rosendo Zárate, recuerda que en este peregrinaje invocaba: Pasakalli, pasarpayitatawa; q’anasillas, q’anarpayitatawa; jararankhu, jararpayitatawa. La traducción aproximada es: Gusanillo, me dejarás pasar; escarabajo, me desenredarás; lagarto, me desatarás.

Marka T’ula pedía a sus escribanos, como Leandro Condori y otros, que le leyeran la documentación conseguida, lo que le permitía defender jurídicamente mejor sus tierras comunales. 

Ello le permitió saber de memoria sobre la documentación que tenía en sus manos, la mayor parte de ella favorables a los ayllus y comunidades; cuando le eran arrebatados por ciertas autoridades, Santos lloraba su pérdida.

Manuela Guarachi no sólo estuvo a cargo de los hijos, sino también coadyuvó decididamente en la lucha cuando SMT estaba en la cárcel. Incluso viajó y visitó algunas comunidades para informar lo que sucedía y la decisión de Marka T’ula de continuar los trámites legales en defensa de las comunidades ancestrales.

¡Honor y gloria a estos insignes defensores del ayllu y de la comunidad andina, junto con otros líderes como Francisco Tangara, Faustino Llanque, Feliciano Condori, Dionicio Paxipati, Celedonio Luna, Feliciano Marasa, Santos Cornejo y muchos otros! Santos Marka T’ula, Manuela Guarachi jach’a awki, jach’a tayka sarnaqäwipaxa musparañjamawa, ukhamaraki jan armañatakiwa. Waynanak, tawaqunakawa yatiqapxañapawa uka suma unjtasiwita.

¡¡¡Jallalla Santos Marka T’ula, Manuela Guarachi!!! jilatas y kullakas investigadores del Taller de Historia