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Una larga fila, compuesta por personas de diferentes estratos socioeconómicos, demuestra que la compra de mesas blancas para agradecer a la Pachamama por todo lo recibido en el año cobro carta de ciudadanía en el municipio de La Paz.

Polleras y mantas se confunden con gafas y chamarras de marca, Serafina Calle se trasladó desde Vino Tinto para comprar una mesa a una de las hermanas Acho, lo mismo sucede con Javier Altamirano, quien se desplazó desde Calacoto para formar fila por espacio de tres horas y adquirir una mesa para quemarla en agosto para testimoniar su agradecimiento a la Pachamama por los favores recibidos durante este año.

Por: Wilma Pérez Lea la nota completa comprando la edición impresa de La Prensa