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Hasta hace unos tres años, el precio del taque, el nombre del costal que contiene 50 libras de hoja de coca, resultaba atractivo para los productores asentados dentro del “cordón tradicional” de cultivo, entre las provincias Sur y Nor Yungas e Inquisivi, del departamento de La Paz.
Los yungueños pueden ufanarse de que su producción es de excelente calidad por el sabor de las hojas y porque sus propiedades medicinales son mejores que las ofrecidas, por ejemplo, por las cosechas del trópico de Cochabamba o los parques nacionales.
La venta de hojas machucadas, a las que se les agrega cierto sabor, es uno de los factores que incide en la caída del precio. El consumidor ya no necesita en este caso hojas de más alta calidad, pues al estar machucadas y tienen sabor, por ejemplo, a maracuyá o cualquier otra esencia artificial, no le sirven para tomar infusiones.
Este producto es más barato, que es en última instancia lo que motiva al consumidor a adquirir determinado bien o servicio.
La hoja de coca sólo tiene tres usos legales: el acullico, su consumo en forma de mates o la ritualidad andina. Se conoce que su cuarta finalidad es la elaboración de cocaína, para lo que se necesita extraerle el alcaloide que contienen las hojas, lo que requiere de determinados procedimientos técnicos.
La hoja machucada y “saborizada” no puede cumplir ninguna de esas cuatro funciones. Sólo su precio es menor.
Si a ello se suma el ingreso de la hoja cultivada en la región comprendida por el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) en Perú, que se destina principalmente a la fabricación de droga, se llegará a la conclusión de que los campesinos yungueños afrontan un recorte dramático de sus ingresos.
Si a ello se suma el hecho de que, en los Yungas, se dejó de producir, por falta de incentivo económico, cítricos y otros cultivos propios de la zona, se llega a la conclusión de que se avizora un panorama muy difícil para esas comunidades.
Es necesaria la intervención gubernamental con proyectos de desarrollo alternativo para beneficiar a esos compatriotas, quienes no pueden quedar sumidos en la miseria y el olvido.