Han transcurrido 55 años desde que el entonces presidente Alfredo Ovando Candia firmó el decreto supremo de nacionalización de la Bolivian Gulf Company, la empresa trasnacional que había ingresado a explotar la riqueza hidrocarburífera en el territorio nacional.

En efecto, en 195r, mediante la aprobación del Código del Petróleo, el Gobierno de Víctor Paz Estenssoro abrió las puertas a una virtual “desnacionalización” de los hidrocarburos, que había puesto en vigencia el entonces presidente David Toro Ruilova el 21 de diciembre de 1936 con la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB).

Durante casi 14 años, la Bolivian Gulf Company explotó petróleo por 360 millones de dólares, pero el Estado boliviano apenas se benefició con 39 millones.

El 26 de septiembre de 1969, la primera medida de Ovando Candia, tras asumir la presidencia fue derogar ese código. La inmediata reacción de los ejecutivos de la trasnacional consistió en paralizar la exportación del crudo boliviano desde Arica y el Banco Mundial suspendió el desembolso de un crédito ya concedido a Bolivia.

Tres semanas después, por la decisiva influencia del entonces ministro de Minas y Petróleo, Marcelo Quiroga Santa Cruz, se nacionalizó la empresa que exigió una indemnización de 150 millones de dólares pero que, luego de negociaciones, se redujo a poco más de 101 millones de dólares.

Los ejecutivos de esa empresa protestaban porque habían perdido los aproximadamente 1.500 millones de dólares que se calculaba era el precio de mercado de las reservas de gas natural del país. Los estadounidenses consideraban suya esa riqueza, pese a que la Constitución establece que los recursos naturales son patrimonio de todos los bolivianos.

El ingreso de otras empresas trasnacionales echó por tierra la medida patriótica de 1969 y la nueva ley del sector establecía mecanismos muy laxos de control de la riqueza explotada por esas empresas, hasta que el 1 de mayo de 2006, se llevó adelante una tercera nacionalización del gas y el petróleo que abrió paso a una etapa de bonanza que no se mantuvo porque no hubo nuevas inversiones en exploración de nuevos reservorios.

Que se corrija esta deficiencia y los Bolivarianos pueden ser un excelente motivo para hacerlo.
justo lugar y dimensión histórica. No es poco.