• Sociedad
  • HEIDDY QUIROGA

“Desde la madrugada bebemos, mira no tengo mi familia, por eso tomo porque me abandonaron, era carpintero, perdí mi mano, en la guerra del gas en 2003 tuve un accidente, entonces me dediqué a la mala vida”, expresó Carlos, bebedor consuetudinario de 60 años. Paralelamente, Rubén narró su historia de ser un minero de oro se convirtió en esclavo de la bebida. “Estoy con mis amigos, yo bebo hace cinco años, era minero, perforista de oro. Me separé de mi esposa y me dediqué al alcohol, se me hizo costumbre más y más y ahora estoy aquí no lo puedo dejar. Aunque no creas nos ayudamos entre nosotros hacemos machete (comida)”, contó.

PROBLEMÁTICA 
En la clandestinidad, el alcohol es el refugio de hombres, mujeres y jóvenes, quienes caen en este vicio. A orillas del río Orkojahuira de La Paz, el alcoholismo es un problema creciente que no respeta ocupaciones ni clases sociales sin distinguir género ni edad, por diversas razones, como problemas familiares, falta de empleo, entre otros, se ven empujados a buscar consuelo en el alcohol.
Jacinto Ramos, quien antes de estar amarrado a la bebida era técnico de relojes en el noventa. “Tengo familia, pero prefiero a mis amigos, al menos me 
cuidan”, indicó.

FORMA DE VIDA
La lucha por la supervivencia se mezcla con la camaradería. 
“Nosotros hacemos machete, es decir que vamos a pedir algo de comer a la carnicería y yo hago, lo tostamos en el sartén y comemos todos. También pedimos dinero para comprar alcohol y algunos alimentos”, comentó Rubén.

VECINOS 
“La escasez de servicios de salud mental y programas de rehabilitación adecuados agrava aún más su situación, nos dan pena y preocupación, los únicos que colaboran son efectivos de la Policía al realizar patrullajes y los retiran de los espacios públicos en la zona”, manifestó Daniel Espinoza, Presidente de la junta de vecinos de Villa Fátima Central.

POSTURA DE 
LA POLICÍA 
El coronel Jaime Néstor Quiroga Iriarte, Comandante de la Unidad EPI la Merced aseveró que a través del Plan de Alto Impacto, en 72 zonas de Villa Fátima se realizan controles.