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  • Wilson Aguilar

Una encuesta realizada por el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del proyecto “Cultura de paz y fortalecimiento del OEP”, pone en evidencia la falta de confianza que tienen los bolivianos en las elecciones y la democracia. Según los datos, los jóvenes expresan una despolitización tal que no les interesa el sistema.
Esta información es reveladora, por ejemplo, en la consulta sobre “la democracia es preferiblea a cualquier otra forma de gobierno”, las personas en el rango etario de 18 a 24 años, en un 45,8 por ciento considera esta opción  como válida.
Sin embargo, lo preocupante es que el porcentaje restante, es decir, el 54,2 por ciento tiene una percepción diferente. El 22,1 por ciento, considera que “algunas veces, un gobierno autoritario puede ser mejor a uno democrático”, en tanto que el 32,1 por ciento expresa que “da lo mismo cualquier tipo de gobierno”.
Sin duda, todo indica a que hay un decaimiento mayoritario en el apoyo a la democracia entre los jóvenes, por lo que es indispensable plantearse y analizar qué factores los llevardn a percibir que la democracia, por ende, las elecciones, tal y como se implementa en el país, les está fallando.

DESENCANTO
Al respecto, el politólogo Marcelo Arequipa considera que esta insatisfacción es producto de los niveles de desempeño económico, que actualmente son preocupantes y que están traducidos en la palabra “crisis”.
“Me llama mucho la atención de que los jóvenes hoy en día estén tremendamente despolitizados. Hay una suerte de mezcla de desencanto con la democracia y que tiene que ver otra vez con la idea de la economía. Pero en relación a la falta de oportunidades que tienen los jóvenes, oportunidades en un mercado alboral en que no necesariamente es altamente comptetitivo”, manifestó.
Arequipa agrega que los jóvenes de hoy en día “dicen no al empleo público porque es para militantes y no se valora la meritocracia”.
“Empleo privado no, porque el empleo privado lo que hace es encadenarte a una oficina, encadenarte a un horario, ¿qué es lo que me interesa? a mi que me promuevan mi emprendedurismo, ser independiente y hacer lo que pueda hacer afuera con mi enprendimiento y con mis ideas más o menos exitosa. Ahí se traduce en realidad lo que hoy en día significa falta de oportunidades para los jóvenes bolivianos”, indicó el entrevistado.
En todo caso, la encuesta revelada da un panorama preocupante, toda vez que solo el 5, 1 por ciento está muy satisfecho con el funcionamiento de la democracia, el 34,8 por ciento algo satisfecho, dando ambos un por centaje de 39.
En tanto, el 60 por ciento no está conforme con el funcionamiento de la democracia: el 40,8 por ciento señala que está poco satisfecho con el sistema actual y el 19,3 dice nada satisfecho.

¿REPRESENTADOS?
La politóloga Ana Lucía Velasco, en el análisis vertido sobre la encuesta, indicó que “la gran mayoría de los bolivianos siente que ninguna institución lo representa”.
Por lo tanto, al no sentirse representado no apuesta por el sistema democrático.
“Nadie me representa, con razón la gente no le está apostando a la democracia, porque si nadie me representa para qué me voy a involucrar en un sistema que no me va a generar nada concreto”, sostuvo la especialista.
Agregó que como los bolivianos participamos con “voto obligatorio”, esto no significa que se tenga representatividad.
“La maquinaria (electoral) funciona, pero no funciona representatividad”, dijo.
Entonces, los jóvenes juzgan el rendimiento de la democracia, no en comparación con el pasado autoritario, no como ideal, sino sobre la base de sus resultados, es decir, cómo aborda los desafíos particulares de la juventud y cómo prevé soluciones reales y duraderas.

INEXISTENTE
De acuerdo con otros analistas, el recuerdo de la lucha por la democracia es ya inexistente para la nueva generación de votantes que alcanzó en la actualidad la mayoría de edad, porque no vivieron los  gobiernos dictatoriales.