Si hay una empresa estatal profundamente ligada a la historia contemporánea del país, con todos sus vaivenes, ésa es Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) que este sábado cumplirá 88 años de su fundación.
Si bien fue creada mediante un decreto supremo, firmado el 21 de diciembre de 1936 por el entonces presidente David Toro Ruilova, la gestación de este coloso estatal se produjo en las trincheras de la Guerra del Chaco, donde los combatientes adquirieron conciencia de que los recursos naturales debían pertenecer y beneficiar a los bolivianos sin excepción.
Pero fueron Dionisio Foianini y Germán Busch, dos patriotas bolivianos de enorme trascendencia para la historia, quienes impulsaron el establecimiento de Yacimientos, una empresa que emuló el modelo argentino de recuperación de sus recursos naturales.
Esta corporación nació en una guerra y fue recuperada en otra. Pero vayamos por partes. Fue curiosamente el gobierno de la Revolución Nacional que en 1956 permitió el ingreso de capitales trasnacionales para operar en el campo hidrocarburífero.
No sería hasta 1969, cuando al influjo de otro boliviano de dimensión intelectual y política inconmensurable, Marcelo Quiroga Santa Cruz, se volvió a nacionalizar la riqueza petrolera y gasífera, que durante la gestión presidencial de Gonzalo Sánchez de Lozada fue entregada a las empresas trasnacionales al establecer en la ley sectorial que “quienes celebren contratos de riesgo compartido con YPFB para la exploración, explotación y comercialización de hidrocarburos adquieren el derecho de prospectar, explotar, extraer, transportar y comercializar la producción obtenida”, o sea que esa producción ya no pertenecía a los bolivianos y se creaba una regalía de apenas el 18 por ciento.
Esa disposición fue cuestionada en 2003, cuando estalló la Guerra del Gas que obligó a Sánchez de Lozada a huir del país después de dejar un reguero de sangre y la ulterior nacionalización de 2006 fue el resultado de ese generoso sacrificio popular. Hoy, YPFB se enfrenta al desafío de descubrir nuevos campos petrolíferos y gasíferos y a explotarlos en beneficio de los bolivianos. derechos, no sólo con obligaciones.