Hace 476 años, el capitán Alonso de Mendoza fundaba la ciudad de La Paz. El 20 de octubre de 1548, en cumplimiento de órdenes impartidas por el pacificador Pedro de La Gasca, De Mendoza buscó un punto intermedio entre Potosí y Cusco, pues se necesitaba una población en la que se controle el circuito comercial que comenzaba en Potosí, seguía por La Plata, atravesaba por Oruro y llegaba a Cusco, continuaba por Arequipa y alcanzaba el puerto de El Callao, el más importante en el siglo XVI en esta parte del mundo.

La Paz nació con la finalidad de ser un centro aduanero, un sitio donde se debe hacer trámites, en el que la burocracia deja de ser un medio para convertirse en un fin. Casi cinco siglos después, continúa con esa vocación.

Era el viernes 19 de octubre de 1548 cuando la expedición dirigida por De Mendoza se detuvo en la población de Laja. Los conquistadores decidieron que ése era un buen lugar para establecer el nuevo pueblo y al día siguiente, en el templo fue firmada el acta de fundación correspondiente.

Sin embargo, el frío altiplánico y los fuertes vientos que soplan en esa zona altiplánica impidieron que los recién llegados puedan permanecer en el lugar más de dos días. Por ello, fue el martes 23 de octubre de 1548 que los europeos buscaron un mejor lugar para establecer el nuevo centro poblado y lo encontraron en el valle de Chukiyawu Marka.

El emplazamiento geopolítico de la Villa de Nuestra Señora de La Paz resultó ideal para que sea realmente una capital con influencia directa sobre las costas del Pacífico, la región yungueña, donde se produce la hoja de coca que era —y es— imprescindible para el trabajo en las minas. Era un paso obligado de las caravanas que llevaban la plata de Potosí y Oruro al Callao para trasladar la riqueza minera a Madrid y en La Paz, se verificaba que no falte un ápice que salió del Cerro Rico.

Años después, La Paz mantiene esa característica. Es el centro de las decisiones políticas del Estado, o sea es la verdadera capital de Bolivia, y es donde las personas deben hacer trámites de todo tipo o el punto donde deben perfeccionarse éstos.