• Economía
  • Susana Salinas

Hasta julio de este año, la Renta Dignidad benefició a 1,2 millones de personas mayores de 60 años y demandó un desembolsó 
de 2.782 millones de bolivianos, informaron ayer autoridades de la Gestora Pública, a propósito del “Día de la Dignidad de las Personas Adultas Mayores”.
“La Renta Dignidad está garantizada”, expresó el gerente general de la entidad, Jaime Durán, durante un acto desarrollado junto a representantes de diversos sectores de rentistas.
Precisó que los beneficiarios son el 10 por ciento de la población boliviana, que entre julio de 2003 y el mes pasado, la población citada creció en 6.260 individuos. Las principales fuentes de financiamiento para este beneficio social proceden de los Recursos del IDH y de las utilidades que generan las empresas públicas.
Diversas instituciones ofrecieron cifras para visibilizar la situación de esta población. En el tema de salud,  por ejemplo, se informó que durante la gestión pasada 714.662 personas  se adscribieron al Sistema Único de Salud y las atenciones médicas beneficiaron a 5.041.595.
En el Parque de las Culturas del Teleférico Rojo se instaló ayer una feria de salud, coordinada por el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades. “Estamos tendiendo a ser una sociedad longeva”, reflexionó la viceministra Nadia Cruz, quien subrayó que dentro de unos 15 años, esta cifra llegará a ser el 20 por ciento. La proyección corresponde a la Unidad de Políticas Económico Sociales. 
Cruz también indicó que un estudio en centros de acogida reveló que 60 por ciento de los atendidos de la tercera edad presenta enfermedades crónicas y 70 por ciento sufre de deterioro físico cognitivo.
A su turno, la Defensoría del Pueblo emitió un pronunciamiento. Desde 2023 hasta el 24 de julio, esta institución recibió 3.075 denuncias en torno a vulneración de derechos de los ancianos.
Al margen de las cifras, este sector poblacional recibió agasajos en diversas instituciones. Por ejemplo, en el Comedor Popular San Calixto, 350 personas se sirvieron un sillpancho sin costo, mientras disfrutaban un repertorio musical de antaño.