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Buenas noticias para el medioambiente, pero malas para los cooperativistas mineros. La producción de este sector cayó en un 70 por ciento debido principalmente a la reducida provisión de diésel que reciben.

Esta deficiencia ha provocado una caída de ingresos en algunos municipios como Sorata e Irupana, según informaron sus alcaldes.

El secretario General de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin), Marcelo Flores, indicó que para su sector el combustible es imprescindible y, por eso, requiere que el Gobierno les garantice la provisión de este insumo productivo.

Sin embargo, afirmó que el Gobierno emitió el año pasado dos decretos que regulan la venta de energéticos que se tradujeron en una automática reducción de los volúmenes de combustibles a los que acceden los cooperativistas.

Flores explicó que antes de la promulgación de los Decretos 4910 y 4911, era posible retirar de las estaciones de servicio hasta 19 mil litros de diésel, pero con ambas disposiciones legales, actualmente sólo les es posible comprar 5.000 litros. “Imagínese lo que sucede. Es un impacto importante para las cooperativas”, afirmó.

Esto representó que la producción minera sufra una caída de casi el 70 por ciento, según Flores.

“Sostuvimos varias reuniones y logramos compromisos con los ministerios de Minería e Hidrocarburos para mejorar el abastecimiento a nuestras cooperativas”, aseveró el dirigente.

Esos convenios, sin embargo, no resuelven la situación crítica del sector.

ALCALDES Sorata está ubicada a unos 150 kilómetros de la ciudad de La Paz y sus principales ingresos provienen de la explotación minera, aunque también aprovecha el turismo.

Según el alcalde Eustaquio Huayta, la mayor parte de sus ingresos proviene de la explotación aurífera. Informó que, debido a la caída de la producción de los cooperativistas en 2023, esa administración edil recibió alrededor de tres millones de bolivianos, pero en los años precedentes sus ingresos eran superiores a cuatro millones de bolivianos.

Algo similar ocurre en el municipio de Irupana, población distante a unos 120 kilómetros de La Paz, donde los ingresos por la explotación minera llegaban a unos cuatro millones de bolivianos y el año pasado cayó a menos de dos millones de bolivianos, según el alcalde Bernardo Mamani.

En criterio del representante de los cooperativistas la reducción de la provisión de combustible es preocupante por lo que “trabajamos por tiempo y materia con los ministerios de Minería e Hidrocarburos porque este problema también ha significado una reducción de ingresos de los municipios”, que perciben por concepto de regalías mineras por la explotación del oro.

Por: Gregory Beltrán