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Hace 89 años, los toques de clarín anunciaban el fin de las hostilidades en el Chaco boreal. Se ponía punto final al más sangriento conflicto bélico del que se tenga memoria en esta parte del mundo. Guera estúpida, la llamó el notable literato y político Augusto Céspedes, en la que hubo, sin duda, actos de enorme heroismo.
Bolivia, asegura el historiador contemporáneo Pablo Michel, logró los objetivos que perseguía con esa conflagración: asegurar una salida hacia el océano Atlántico y retener para sí los campos hidrocarburíferos del Chaco distribuidos en los departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz. Se dice que el país “perdió” del 75 por ciento del territorio en litigio, cuando es imperativo reconocer que era un área que nunca había sido delimitada.
Los departamentos de Alto Paraguay y Boquerón, en el vecino país, son los menos poblados, aunque en el segundo, merced al esfuerzo de colonias menonitas, se produce importantes volúmenes de lácteos, pero no tienen la gravitación económica, política, cultural y social que representa el Chaco para el país.
Además, Bolivia aprovecha la hidrovía Paraguay-Paraná para el comercio exterior, por lo que puede decirse que si bien perdió una enorme cantidad de combatientes y la mayor parte de las batallas, ganó las más importantes. Cañada Strongest y Villa Montes.
Sin embargo, su mayor triunfo fue que permitió que los combatientes bolivianos de todos los estratos sociales se reconozcan mutuamente como seres humanos. Siempre de acuerdo con Céspedes, “del Chaco no surgió una conciencia, sino el desorden propicio para incubarla”, lo que dio lugar primero a las gestiones presidenciales de Germán Busch y Gualberto Villarroel antes de que se produzca la Revolución Nacional del 9 de abril de 1952, hitos que modificaron la historia nacional en forma por demás decisiva y trascendental.
En las arenas siempre candentes y secas del Chaco, una generación de compatriotas aportó su sangre, salud y vida para perfilar un nuevo Estado. Todos los bolivianos debemos guardar gratitud por tan generoso desprendimiento y luchar a diario por asegurar el futuro.
El actual Estado Plurinacional de Bolivia es resultado de la presencia de nuestras tropas en aquellas trincheras. No hay que olvidarlo.