- Sociedad
- HEIDDY QUIROGA
La calle Linares, ubicada en el barrio San Sebastián de la ciudad de La Paz, comienza a transformarse y ya se visualizan los primeros murales pintados por el colectivo de arte “Calle Supay“ que tomó la iniciativa de embellecer ese espacio público para atraer al turismo local y extranjero, además de fomentar, a través del muralismo, la revitalización de entornos seguros para vecinos.
“Hablamos con los de la junta vecinal y personas de los centros comerciales de turismo para darle un cambio a una parte de la calle porque está abandonada. Entonces quedamos en hacer un ayni; el material de pintura me entrega la empresa Live Love La Paz Experiences y los integrantes de mi colectivo ponemos la mano de obra y así aprovechamos de mostrar la cultura paceña y porque no la boliviana”, informó Ariel Blas Callisaya Romaño, artista alteño.
MURALES
A partir de ese acuerdo de ayni, una serie de murales están plasmados en las paredes de la calle, como la caserita de los mercados populares, sentada en su ‘k’atu de productos de la canasta familiar; otros muestran el biocicidio en la Chiquitanía, por los incendios forestales; la cultura tiahuanacota con su simbología andina y danzas.
Son cinco los murales, cada uno con un estilo único, que rinden homenaje a diferentes etapas de la realidad boliviana. Sus formas, plasmada con colores vibrantes, representa la calidez y el esfuerzo de las mujeres que sostienen a sus familias a través del trabajo diario “Utilice una paleta de colores quebrados para realizar contraste, pero lo más llamativo es el rostro risueño de la cholita y la romana para que los visitantes interactúen con la imagen, mide sies metros de largo por ocho de ancho, con la saturación de la bandera boliviana“, dijo la artista plástica, Camila Almaraz.
Otro mural representa a los animales de la Amazonía que son las víctimas de los recientes incendios de la Chiquitania. Este mural busca crear conciencia sobre la devastación ambiental y la importancia de preservar la biodiversidad. Los artistas representaron especies icónicas de la región como parabas, jaguares, osos perezosos, capibaras, monos, y otros, los diseños recuerdan a los transeúntes la fragilidad de nuestro entorno natural.
Además de los murales, el colectivo realiza la intervención en el piso de la plaza, ahí se pintan diseños inspirados en la cultura tiahuanacota y detalles del museo al aire libre de Tihuanacu (a dos horas de la sede de gobierno) que es uno de las más visitados por turista locales y extranjeros.
También están plasmadas las máscaras folclóricas, las que son usadas en el Carnaval de Oruro y en los barrios populares. “Es una de las tradiciones muy marcadas, lo que hago es mezclar el folclore con lo urbano”, Dijo Blas. La iniciativa es bien recibida por los vecinos, “queremos que la gente observe y piense sobre lo que ofrece Bolivia”, indicó la comerciante, Laura Mamani.