- Cultura
- Aleja Cuevas
Luis y su hija Aida son vendedores ambulantes en la ciudad de La Paz. Durante una jornada rutinaria de ventas, un accidente de tránsito compromete a la niña, quien queda inconsciente y no se sabe si podrá despertar. Así se inicia la historia de Khiwtaña, el cortometraje en aymara que competirá en Insólito Festival de Cine Fantástico, a realizarse en Lima, Perú.
Juan Pablo Cortez es el productor, director y guionista de esta película de 22 minutos, realizada durante siete días. Grabada en tres días y tres locaciones, la Cumbre de Hampaturi, laguna Estrellani y una casa, contó con la participación de 12 actores y surgió de una convocatoria lanzada por Kusillo Cine.
Cortez explicó que la idea de la película, cuyo género es drama y fantasía, surgió tras un incidente que vivió con su hija de un año y medio, y así como la conexión con las tradiciones locales, como el sacrificio de animales para prevenir enfermedades y maldiciones.
Megan Quino se destaca en el papel de Aida, con experiencia en cortos y spots, mientras que Juan Pajarito se estrena como actor. Durante los días de grabación, Cortez enfrentó sentimientos contradictorios al perder a su hijo, quien afortunadamente apareció al final y se logró concluir el corto. Isabel Ticona interpreta a la madre de Aida, mientras que Justo Limachi es el yatiri, y Susana Condori encarna a otro personaje. Son actores de mucha trayectoria.
“Buscaba aymara hablantes porque la película es 70 por ciento en aymara. Así que, más que actores, busqué personas que dominan el aymara; eso fue importante”, dijo Cortez, quien, aunque tomó cursos de aymara, se apoyó principalmente en la experiencia de los actores.
Cortez, padre de una niña de dos años, es un creativo multifacético, que además de producir se dedica a la música y pintura, aunque en recientemente se concentró en el cine al que considera la mayor de las artes.
Kwhitaña es la cuarta producción. El primer corto fue Caetofobia (2020), de tres minutos, de género de terror psicológico; luego No entren al bosque, también de terror, de nueve minutos; y el tercero es un largometraje, en desarrollo, es una primera adaptación del cuento Tempestad en la cordillera, de Wálter Guevara Arce.
El término aymara Kwhitaña significa “llamar” en el sentido de lograr el reencuentro del ajayu o espíritu perdido con uno mismo. Es la práctica que realizan los yatiris, cuando una persona cae enferma o sufre una fuerte impresión.