- Sociedad
- ÁNGELA CARRASCO
La juventud boliviana alza su voz ante la crisis climática que golpea al país. Reunidos en la Conferencia Local de la Juventud – LCOY Bolivia Bicentenario 2025, en Santa Cruz de la Sierra, representantes de los nueve departamentos presentaron una declaración contundente que exige al Estado y a la comunidad internacional medidas inmediatas frente al deterioro ambiental y social que atraviesa Bolivia; ratificaron su compromiso con una acción climática ambiciosa, la justicia intergeneracional y la plena implementación del Acuerdo de París.
El encuentro, desarrollado en un contexto de emergencia ecológica sin precedentes, estuvo marcado por la memoria de la catástrofe ambiental de 2024, cuando los incendios arrasaron más de 12,6 millones de hectáreas de bosques y ecosistemas estratégicos en el país.
Este desastre, considerado el más grave en la historia nacional, puso en evidencia las consecuencias del modelo extractivista, los intereses del agronegocio y la falta de control sobre las invasiones a los territorios indígenas.
“Estamos ante una crisis sistémica que amenaza nuestra supervivencia”, expresaron los jóvenes en su declaración. “La transición hacia sistemas productivos regenerativos ya no representa una opción, sino un imperativo de justicia y equidad intergeneracional”, apuntaron.
MÁS DE 40 PUNTOS
EN AGENDA
El pronunciamiento detalla una agenda de 42 puntos que busca transformar las políticas públicas y fortalecer la participación juvenil en la gobernanza ambiental.
Entre las principales demandas se encuentra la abrogación de leyes que incentiven incendios, la restauración ecológica de los ecosistemas, la movilización de financiamiento climático y la protección de la Amazonia como región estratégica para la estabilidad del planeta. Los jóvenes también exigen políticas energéticas limpias, programas de educación ambiental en todos los niveles y la incorporación de la justicia climática y de género en la planificación.
Además, plantean adoptar medidas concretas para reducir el uso de plásticos, promover la soberanía alimentaria y garantizar el acceso equitativo al agua potable.
“Bolivia no puede repetir tragedias como la del lago Poopó”, advierten, al señalar la necesidad de fortalecer el control sobre los cuerpos de agua y sancionar las actividades extractivas ilegales que agravan la degradación ambiental en el país.
En materia de energía, los jóvenes proponen regulaciones obligatorias para el uso de energías renovables en instituciones públicas e industrias estratégicas, además de mecanismos de transparencia y fiscalización juvenil sobre las políticas de financiamiento climático.
El documento subraya la urgencia de operar una transición justa, basada en la revalorización de los saberes ancestrales, la protección de la biodiversidad y la promoción de economías locales sostenibles.
Los jóvenes se comprometen a liderar proyectos comunitarios de innovación verde, restaurar ecosistemas degradados y consolidar redes de vigilancia ambiental que denuncien o pongan en evidencia actividades ilegales.
La declaración también incluye un llamado a la 30ª Conferencia de las Partes (COP30), que se celebra en Belém do Pará, Brasil.
En este marco, demandan a los países del Norte Global el cumplimiento de la deuda ecológica con las naciones del Sur, señalan que la región latinoamericana enfrenta las peores consecuencias del cambio climático sin contar con los recursos necesarios para su adaptación y mitigación.