- Cultura
- Aleja Cuevas
07/11/24.-Doña Jade se pone de pie frente al sitio donde están enterrados 89 cráneos y hace la señal de la cruz. Dos días antes de la Festividad de las Ñatitas, que se celebra cada 8 de noviembre, las calacas serán desenterradas hoy para ser limpiadas y lucir bien mañana, cuando miles las venerarán en los pasillos de la parte posterior del Cementerio General.
TRADICIÓN
“Hace 20 años que trabajo aquí”, dice Jade. Ella es una vidente que destina su tiempo para poner flores a las “wawas”, como llama a las 89 ñatitas. Llegó con adornos para colocar en los muros donde descansan estas almas olvidadas.
Hoy, a las 14:00, se hará el desentierro de las ñatitas y una misa póstuma para darles la bienvenida.
Según Jade, esta festividad marca el inicio de la siembra, porque ellas traen la lluvia. “Antiguamente, sacaban los comunarios una ‘cabecita’ en el campo para pedirle lluvia para una buena cosecha”, explica.
Como responsable de los 89 cráneos, cada año Jade hace arreglos en el sitio donde descansan. En esta ocasión, un artista prepara un mural con motivos de alusivos a la fiesta de las ñatitas.
“Ahora estamos haciendo un mural, que lo inaugurará el alcalde (Iván) Arias”, anticipa Jade, quien recuerda que, a diferencia de hace años, la fiesta de las ñatitas lo relacionaban con brujería.
“A ellas hay que tenerles mucho respeto. Soy un medio para las peticiones de la gente, que viene con problemas de juicios, separaciones o que están sin trabajo. A través de las oraciones que hacemos, utilizo a las wawas para cumplir los deseos de quienes buscan su ayuda”.
Como agradecimiento, les pone flores cada semana porque según jade, “para ellas es su ropa”. El lugar debe estar limpio y adornado, y cada lunes recibe una misa en agradecimiento por servir de medio.
Para Jade, los rezos son esenciales para cumplir con los pedidos de quienes buscan ayuda. “Son un instrumento que utilizamos para lograr los deseos de las personas”.
Los problemas más recurrentes son juicios, separaciones y falta de trabajo, aunque aclara que no se intercede en “cosas malas.”
Lo importante, según Jade, es que la gente tenga fe, pero también puede entregarles flores, cigarro y coca en esta festividad de las ñatitas.
Después del desentierro, el personal del Cementerio General limpiará los cráneos para que mañana, a las 8:00, estén expuestos y que la gente pida sus deseos. “Peticiones para la familia y trabajo”, añade.
Cuando la gente llega con preocupaciones, Jade sugiere traer velas blancas, cigarro Astoria y coca, para “una limpia”.
Además de custodiar las 89 ñatitas del cementerio, Jade tiene otras en su casa y oficina, que suma más de 280. Estas serán parte de la fiesta que tiene planeada en un salón de eventos de la avenida Kollasuyo, a partir de las 15:00, tras celebrar la misa en el camposanto y volver a enterrar a las 89 calacas.
Según la administración del camposanto, para esta festividad se tiene lista la parroquia, sus pasillos y sus jardines para recbir a otras 3.000 ñatitas, para que los creyentes les regalen coronas de flores.