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En el municipio de Malla, en el altiplano de La Paz, comenzó la tradicional esquila de vicuñas en libertad, una práctica ancestral con gran valor económico y cultural. Este proceso consiste en la captura, esquila y posterior liberación de estos camélidos, cuya lana es muy apreciada en los mercados nacional e internacional. La actividad inició con la presencia del presidente Luis Arce, quien participó en la trasquila y destacó el compromiso de las comunidades en el manejo sostenible de la vicuña.
La vicuña, declarada patrimonio natural de Bolivia, produce una de las fibras más finas del mundo, y su conservación es de gran importancia económica y ecológica. Desde 1998, Bolivia realiza el aprovechamiento sustentable de la vicuña y autoriza la exportación de su fibra desde 2010, lo cual ha incrementado la población de esta especie.
La Asamblea General de las Naciones Unidas designó 2024 como el Año Internacional de los Camélidos, una iniciativa impulsada por Bolivia en reconocimiento a la importancia económica y cultural de estos animales. En el país, más de 80 mil familias dependen de la cría de camélidos, lo que contribuye a la preservación de los ecosistemas andinos y a la economía de las comunidades rurales.