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  • Wilma Pérez

7/1/2025.- A  casi un año un desajuste estructural de casas en calles de Bajo y Alto San Isidro, de la ciudad de La Paz, el riesgo de desplome de las viviendas persiste y se acentuó aún más a raíz de las últimas lluvias registradas en la sede de Gobierno.

La Prensa llegó hasta Alto y Bajo San Isidro, la mañana de ayer, y verificó que pese al parchado del asfalto, este volvió a rajarse, además se evidenció nuevas rajaduras en las casas, las que en su mayoría están deshabitadas.

“Las lluvias del sábado y domingo desestabilizaron el suelo y se vieron nuevas rajaduras en la calzada, también hubo filtración de agua. Temo un nuevo deslizamiento, pero no tengo donde ir, esta casa es lo único que tengo”, dijo Rocío, una vecina propietaria de una pequeña tienda en la zona Alto San Isidro.

En el recorrido, de las ocho infraestructuras que se encuentran en un sector de la avenida Nieves Linares, solo tres están habitadas, las otras cinco casas se encuentran despobladas con varias rajaduras en las paredes. Los otros vecinos no abrieron sus puertas, pese a que tenían ropa secando y adornos de navidad en las ventanas.

El expresidente de la zona, Benito Lima, explicó que antes los deslizamientos eran más frecuentes, pero con la construcción de la avenida Zavaleta, disminuyó. “Vivo aquí 50 años y los deslizamientos eran por las aguas subterráneas, con la construcción de una gran avenida se detuvo y, si se reactivaron nuevamente, es porque todavía algunas casas tienen pozo ciego (no están conectados al alcantarillado) y eso, junto a la lluvia, otra vez ponen en zozobra a algunas familias. Necesitamos que la Alcaldía intervenga”, dijo.

Más abajo, por la misma avenida, otras casas también presentan rajaduras, algunas que perdieron parte de sus paredes o pilares, todavía se mantienen de pie.  A través de los cristales o calaminas se observa que nadie los habita.

La Prensa buscó hablar con la subalcaldesa del Macrodistrito San Antonio, Gabriela Godoy, pero no respondió hasta el cierre de la presente edición.

Las rajaduras y desniveles en el asfalto no solo ya afectan a los dos sectores de San Isidro, también presentan similares daños algunas casas de Villa Armonía. La avenida Juan XXIII, en la esquina colindante con la Donoso Tórres, el asfalto del lugar cedió y al frente la casa de dos pisos se separó de la otra que se levanta a su lado.

“No estaba así, de pronto nos dimos cuenta. Lo de malo es que no hay nadie ahí, los propietarios viajaron. En todo este sector ha cedido la tierra, ya llamamos a los de la subalcaldía, pero no se presentan, eso es lo malo de ellos, solo llegan cuando ya no hay remedio”, lamentó Aurelia Cáceres, vecina de la zona.