• Política
Senadora Simona Quispe
  • Susana Salinas

5/1/2025.- La senadora Simona Quispe Apaza demoró más de 19 años en llegar al Legislativo. Lo hizo de la mano del Movimiento Al Socialismo (MAS). Siempre pensó que la mujer, en especial la campesina e indígena, puede cambiar su realidad a partir de generar leyes de igualdad, proyectos para comunidades y cultivarse a sí misma. Sin embargo, ahora, luego de asumir una senaduría, una preocupación la aflige. “A mis compañeras ya no les interesa formarse”, dijo en entrevista con La Prensa.

¿Qué opina de los liderazgos de la mujer en el ámbito político?

El debate del liderazgo está desapareciendo, ya no hay ese interés entre las hermanas. Sabemos que en el país somos más del 50% y podemos hacer más; pero realmente no sé lo que pasa, cambiaron totalmente.

¿Hay un retroceso en el proyecto de liderazgos políticos femeninos en su partido?

Hoy, las compañeras dejan a un lado nuestros intereses colectivos. Muchas no entienden y llegan a decir: “Que los hombres decidan, para qué ya nos vamos a meter en la política”. ¿Ha sido en vano nuestra lucha? En la Constitución Política del Estado, si hay cambios a favor de la mujer, es por nuestras luchas.

¿Cuál fue su expectativa al llegar al Legislativo?

Cuando entré a este espacio de poder tenía la idea de fortalecer a las mujeres. Pensé que siendo legisladora fortalecería a las hermanas, pero veo que cambiaron mucho. Ahora, solo las escucho decir: “No hay que coordinar con tal, hay que seguir a cual”; priman los intereses particulares.

¿A qué atribuye ese cambio tan radical?

Me doy cuenta que ya no les interesa participar en talleres de formación política. Ya no tratamos de informarnos sobre cómo ejercitar el liderazgo, no debatimos, no analizamos.

El Censo evidencia una mayoría poblacional de mujeres. ¿Se aprovecha?

Es verdad, el Censo nos da mayoría, pero no se entiende así. Si nos unimos podríamos hacer algo y mejorar nuestra vida y comunidades. Pero me doy cuenta que hay presión de las autoridades del entorno cuando piden proyectos y relegan la formación personal. Quiero que ya no politicen a las mujeres; porque tenemos que cumplir nuestros roles y tenemos que debatir en espacios, y si hay que hacer cambios a las leyes, pues hay que hacerlos.

¿Cómo era el escenario cuando usted empezó en política?

Antes era diferente, había debate, foros, análisis de la situación de la mujer; pero ahora veo que ya no se presentan estos escenarios de reflexión.

¿Cómo empezó a desarrollarse en la política?

En la época de Gonzalo Sánchez de Lozada empecé a ser dirigenta. No había apoyo a las mujeres, éramos más discriminadas, relegadas, y lo único para formarnos eran algunas instituciones como el Centro de Desarrollo Integral de la Mujer Aymara (Cdima), Pachamama y Gregoria Apaza, donde formaban liderazgos y yo me uní. Era muy importante para la mujer estar preparada. Más tarde fui asambleísta departamental y continué con las actividades; también en la vida política me formé, pero ahora no veo esa fuerza.

¿Qué le incomoda en esta nueva faceta?

Creo que la dirigencia tiene mucho que ver. “Si te vas donde la Simona no vas a tener tu proyecto”, les dicen. La presión política a la mujer, de parte de los dirigentes, es fuerte, hay un chantaje a cambio de obras. Hay que cambiar ese pensamiento, es necesario informarse y prepararse para el futuro de las mujeres.

¿Qué reflexiones nos deja este escenario?

Se ha peleado bastante por los derechos de igualdad y equidad, para que aparezca en la Constitución Política del Estado. Eso no es algo que se logró fácilmente, fue todo gracias a la lucha de las mujeres; pero ahora en esta gestión no hemos hecho ni una ley en beneficio de las mujeres. ¿Por qué? Porque todo se ha politizado.

¿Qué espacios se pierden con la dejadez femenina en los liderazgos?

Yo digo que si las mujeres en Bolivia somos más del 50% y no vamos a participar, estamos incumpliendo lo que manda la Constitución, que nos da un espacio. Si bien vamos a cumplir solo por formalismo, cualquier mujer puede ocupar un cargo, pero el momento de ejercer tendrá complicaciones y falencias, y eso no está bien.

¿Hay intereses que priman a costa de la participación femenina?

En este momento, priman los intereses de proyectos. Piensan que las dirigentes solo tienen que hacer obras. En cabildos y congresos dicen: “¿Hemos elegido a una dirigente Bartolina y qué ha hecho?”; y cuando se informa de los cursos de capacitación, nos dicen que eso no importa, solo importan las obras. No entienden que eso es responsabilidad de los alcaldes y gobernadores.