• Seguridad
  • LA PRENSA
La población carcelaria de Bolivia está compuesta por 24.824 personas privadas de libertad, de quienes 23.238 son varones, lo que representa el 94 por ciento; mientras que 1.586 son mujeres, o sea el restante 6 por ciento. La información está contenida en un estudio del Gobierno y reunida en el Atlas de Bolivia en Seguridad Ciudadana con datos a 2022 y que fue presentado esta semana por el ministro del área, Eduardo del Castillo. “Si hay 24 mil privados de libertad quiere decir que desde 2005 cuando habían 5.700 hasta ahora hay un incremento del 400 por ciento de la población carcelaria. Eso implica que nuestras cárceles están a reventar, porque se ha construido muy pocas en estos años. Lo único que se construyó fueron pabellones”, analizó el ex director general de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos. Según el documento oficial, Santa Cruz es el departamento que tiene más detenidos, pues tiene 9.028 personas de ambos sexos entre rejas. Es el 36,3 por ciento de la población penal nacional. En tanto, el departamento de Pando tiene anotado el menor número de reos con 521 reclusos, lo que representa apenas del 2 por ciento del total de reos en Bolivia. Llanos aplaudió que el Gobierno haya publicado después de mucho tiempo datos oficiales sobre el particular, porque hasta el momento los investigadores solo pueden guiarse por publicaciones de prensa ya que no hay datos estadísticos pese a las facilidades que presta la revolución tecnológica. La publicación del Gobierno señala que hay 46 centros penitenciarios en el país. En Santa Cruz, hay ocho; en Cochabamba, siete; mientras qye La Paz, Potosí y Beni tienen seis cárceles, cada uno; Chuquisaca y Tarija tienen cinco reclusorios, cada uno; en Oruro hay dos y Pando tiene un penal, el de Villa Busch. El exdirector de cárceles del país alertó sobre la peligrosidad del crecimiento poblacional en los 15 años precedentes en las proporciones que muestra el Altas, porque significa que no hay políticas criminales y para la reinserción de los reos. HACINAMIENTO. “Lo que se observa es que se abarrotan las cárceles y que se convierten en tugurios, ésa es la palabra, tugurios a los que no entra el sol y se vive en situación de pobreza. Además, unos sobre otros”, graficó. El Atlas no contempla un dato sobre el número de celdas que hay en cada penal y cuántos reos ingresan a cada espacio, Llanos dijo que el hacinamiento se revela de por sí por el número de reos del país y la escasa infraestructura con que se cuenta. En el departamento de La Paz estalló recientemente otro escándalo por cobros para habitar las celdas del penal de San Pedro. En febrero de este año se reveló que el alquiler mensual de una celda alcanza entre 300 y 400 bolivianos, en tanto que cada nuevo interno debe pagar un “derecho de piso” que oscila entre 2.500 y 3.000 bolivianos para evitar agresiones de los demás internos. Las personas sobre quienes pesa una orden de detención preventiva, ingresan a la sección La Grulla, donde deben permanecer por espacio de 15 días, pero para ser trasladado a otro sector del penal de San Pedro deben abonar Bs 100 más. Por: Pamela Pomacahua