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“ Este nuevo crimen de guerra perpetrado por el ejército de Israel es siniestro e inconcebible. Llamamos a la comunidad internacional a tomar medidas de hecho contra Israel. Entre todos podemos parar el genocidio”, publicó ayer el presidente de Bolivia, Luis Arce, en su cuenta personal de la red social X.

El pronunciamiento del Primer Mandatario boliviano tiene lugar poco después de que bombardeos indiscriminados sobre campamentos de refugiados en los que viven, en condiciones de extrema dificultad, ciudadanos palestinos. El saldo de esa acción bélica fue de 75 muertos y 300 heridos. Las víctimas de este ataque fueron civiles, entre quienes se contaba a niños, mujeres y ancianos. Arce reaccionó, de esa manera, a una crítica lanzada por el expresidente Evo Morales, quien utilizó las redes sociales a su nombre para protestar: “Jefes de Estado y de Gobierno de todas las latitudes y la ONU se pronunciaron condenando este crimen. Ni Presidencia ni Cancillería se pronunciaron ante esos ataques. Ese silencio no representa el sentimiento de condena del pueblo boliviano”. Sin embargo, ese mismo día, la canciller boliviana Celinda Sosa exigió públicamente “el cese inmediato al fuego y al genocidio que está cometiendo en territorio palestino” y expresó su indignación por la masacre. Un reporte de la agencia noticiosa española EFE da cuenta de que “desde el estallido de la guerra en Gaza, la cantidad de muertos llega ya a 36.171, el 75 por ciento de ellos mujeres y niños; y la de heridos a 81.420, cifras que las autoridades gazatíes insisten en que están desactualizadas, ya que estiman que hay al menos 10 mil personas bajo los escombros”, aunque el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, calificó de un “error” a las muertes de civiles inocentes. Por: Jorge Jové