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  • Aleja Cuevas

La migración boliviana en Virginia es el eje central del documental La Virginia de los bolivianos, dirigido y producido por Juan Cristóbal Ríos, guionista de ¿Quién mató a la llamita blanca? Actualmente, Ríos se encuentra en Bolivia para promocionar su obra, que destaca por su enfoque surrealista y narrativo.

Surrealista

Para conectarse con la comunidad boliviana en el Condado de Virginia, Ríos trabajó con el Comité Proboliviano, una de las organizaciones más destacadas del folklore nacional en la región. En este proceso, conoció a Julia García, una lingüista influyente que se convirtió en un referente dentro de la comunidad boliviana en Virginia.

Un episodio clave del documental se desarrolla en Tarata, un complejo histórico habitacional en Arlintong, Virginia, que acogió a migrantes de Tarata. Este lugar marcó hitos importantes, como la creación de la primera casa que ofrecía comida boliviana y la celebración de la primera procesión de la Virgen, explicó   Ríos, a La Prensa. 

“Ese recorrido, en un día lluvioso, fue un viaje a una Bolivia recreada lejos de su geografía”, comentó.
Con el objetivo de añadir un toque surrealista, Ríos incorporó escenas como la de un personaje que usa máscaras de tobas mientras conducían. También realizó entrevistas con bolivianos que trabajan en la construcción, con la que reflejó los esfuerzos y logros del migrante en Estados Unidos.

El documental incluye a la abuela del director, una tarijeña que emigró a sus 90 años. “La película mezcla escenas surrealistas y poéticas con intervenciones urbanas, como una secuencia protagonizada por 100 niños en un parque de Arlington, grabada al estilo de La Nación Clandestina. También destaca un conversatorio en un restaurante boliviano, donde cinco miembros de la comunidad dialogan con tres académicos sobre la migración”, detalló Ríos.

Personajes

Entre sus momentos más simbólicos está la intervención de un personaje vestido de moreno, que se ‘enfrenta’ al hotel de Trump en su primer mandato.

“El documental combina lo histórico, lo folklórico y lo moderno, con los que logra un equilibrio que lo hace dinámico y visualmente atractivo. No es un documental contemplativo ni monótono; hay un grado de espectacularidad”, aseguró el director. 

La obra cuenta con 10 personajes principales y más de 50 secundarios. El proyecto representa años de trabajo. La edición fue un desafío, pero se logró una estructura sólida y una calidad visual destacada, apuntó.

La narrativa aborda las vivencias de tres tipos de migrantes: los que hacen de Estados Unidos su hogar, los indocumentados y aquellos que viven entre ambos países. Además, refleja la picardía y el ingenio boliviano en el ámbito laboral.

El hilo conductor de la historia es Julia García.

Ríos anunció que la preventa de entradas comenzará con cinco meses de anticipación, que se enfocará inicialmente en cuatro salas, dos de La Paz y dos en Cochabamba. “La promoción será agresiva, se utilizará redes sociales para fomentar la preventiva”, afirmó.

El estreno está programado para el 21 de marzo, en vísperas del Día del Cine Boliviano.