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Desde que abre las puertas de su tienda para recibir el pan de cada día, a las 06.00, Epifanía Coarite, debe soportar la polvareda que levantan el viento y los vehículos que pasan delante de su casa, ubicada en la calle tres, del Sector 5, de la zona Mercedario, en la ciudad de El Alto.

Por si esto fuera poco, la falta de alcantarillado en ese sector provoca otros problemas: malos olores, contaminación e inundaciones, durante la época de lluvias. “El agua llega hasta medio metro y afecta a muchas viviendas”, refirió, Santiago Miranda, presidente de la junta vecinal local.

A pocas cuadras está emplazado el Cementerio General Mercedario, donde hace unos días, autoridades ediles entregaron un muro perimetral, para brindar seguridad al camposanto, además de otras obras como cordones de acera, luminarias, cámaras de seguridad y otros.

“Está bien, esa obra es importante, nosotros hemos insistido para que se construya el muro y ahora tramitamos el derecho de propiedad ante la Gobernación de La Paz”, afirmó Miranda.

“Pero no es solo eso. Esta zona tiene muchas más necesidades”, agregó.

En un recorrido que hizo La Prensa, se constató que este sector alteño —que tiene unos 2.000 habitantes— no tiene plazas y con sólo un parque que está en malas condiciones. Además, Miranda explicó que el 95 por ciento de las calles son de tierra. “En la Alcaldía siempre nos decían que no había dinero para mejoras”, indicó.

Si bien se hizo enlosetado de la avenida principal y se entregó esa moderna obra en el cementerio local, los vecinos tienen la esperanza de que todo progrese en esta zona fundada el 10 de noviembre de 1989, hace 35 años.

Salir o entrar de ese sector alteño también es otro problema: hay una sola línea de minibuses, los choferes trabajan solo hasta las 21:00 y llegan hasta cerca del Jach’a Uta, desde ahí se debe tomar otros vehículos que se dirigen a la Terminal Metropolitana y, si hay suerte, otros llegan hasta la Ceja.

“El trameaje es algo de todos los días aquí en El Alto”, reclamó Felipe Espejo, estudiante universitario de la UMSA. Detalló que todos los días gasta entre seis y ocho bolivianos, para ir a estudiar y retornar a su domicilio, además que con frecuencia debe regresar taxi, pues el transporte público desaparece por las noches.

Al respecto, Zacarías Yapu, jefe de grupo de la línea 436, que cuenta con 80 minibuses, admitió que no llega a la Ceja pues el recorrido que hacen es casi de “pura tierra lo que arruina los muelles y muñones” de los vehículos, porque sólo un trecho está adoquinado, se trata de la avenida que se aproxima a la puerta principal del camposanto local.

Consultado sobre estos problemas y necesidades, Juan Chura, subalcalde del Distrito 4, afirmó que se encara las mejoras en forma paulatina.

“De aquí a un mes se comenzará a ejecutar el proyecto de alcantarillado, también está en proceso de trámite la conexión de gas a domicilio”, explicó la autoridad, quien también se refirió al estado de las vías, y afirmó que hay varios lugares, que no cuentan con planimetría, por lo que nada se puede hacer.

Por: Luis Mealla