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Lenir Alexander Pérez Solís es un hombre con dos historias que se cuentan en paralelo. Una es la del empresario exitoso, cuyas compañías han crecido sin parar desde hace una década y reciben líneas de crédito millonarios de los bancos regionales. Es la narrativa de un hombre que vio crecer su influencia política durante el mandato de Juan Orlando Hernández, el expresidente hondureño preso en Estados Unidos por delitos de narcotráfico. La otra historia es la de un potentado que ha utilizado la violencia para expandir sus propiedades y asegurar proyectos de minería que han devastado algunas de las zonas más vulnerables y empobrecidas del país centroamericano.
La segunda historia, la del terrateniente violento, está registrada, sobre todo, en legajos judiciales y en informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH) en los que el nombre de Pérez aparece vinculado a señalamientos de haber ordenado seguimientos, acoso e incluso actos de violencia física contra ambientalistas y campesinos en la zona conocida como el Bajo Aguán, en el departamento de Colón, al norte del territorio de Honduras.
Y es, en esta versión de la historia del empresario Lenir Pérez, donde aparece el nombre de Juan Antonio López, un líder ambientalista asesinado el sábado 14 de septiembre pasado. Antes de su muerte violenta, López había pasado buena parte de su vida, como líder comunitario y de grupos católicos, denunciando la depredación ambiental provocada por concesiones mineras en la ciudad de Tocoa y los alrededores.
Entre los proyectos a los que se opuso con más vehemencia hay uno de extracción de óxido de hierro promovido por Inversiones Los Pinares, empresa de Lenir Pérez.
Antes de ser asesinado, el ambientalista López había pedido la renuncia de Adán Fúnez, el alcalde de Tocoa y miembro del partido oficialista, Libre. Fúnez ha sido señalado por sus vínculos con el narcotráfico, los que quedaron en evidencia luego de la publicación de un video en el que aparece reunido con un capo que ofrece dinero a Carlos Zelaya, cuñado de la actual presidenta, Xiomara Castro. Fúnez, además, ha sido en Tocoa uno de los principales valedores de Los Pinares, de Lenir Pérez y de los proyectos mineros.
Una investigadora hondureña que habló desde el anonimato por razones de seguridad explica así la relación entre el Alcalde y el empresario: “Detrás de Adán Fúnez está el cerebro de Lenir Pérez”. El jueves anterior, 26 de septiembre, agentes del Ministerio Público allanaron la casa de Fúnez en el marco de una investigación por el asesinato del ambientalista López.
LA INVESTIGACIÓN.
Dos días antes, la Fiscalía Especial de Medio Ambiente en Tegucigalpa, la capital, había anunciado la apertura de un expediente de investigación a Pérez y otros por posibles daños ambientales atribuidos a las empresas Inversiones Los Pinares y Ecoteck en el parque natural Carlos Escaleras. Ambas empresas son propiedad del empresario Pérez y de su esposa, Ana Facussé, hija de Miguel Facussé, ya fallecido, un poderoso terrateniente en el norte de Honduras a quien diplomáticos estadounidenses alguna vez señalaron de posibles nexos con el narcotráfico por permitir aterrizajes de avionetas cargadas de cocaína en pistas clandestinas dentro de sus propiedades.
Los señalamientos por acoso y violencia contra Los Pinares, hechos por varios campesinos y líderes comunitarios hondureños, se repiten en testimonios ya recogidos por la Fiscalía en denuncias anteriores y en al menos dos resoluciones de la CIDH, la última de octubre de 2023.
En una disposición, la CIDH pidió protección para López y a otros miembros del Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos de Tocoa.
En ese documento, varios de los líderes amenazados detallan agresiones y amenazas a las que fueron sometidos, según le contaron a la CIDH, por empleados o matones de Inversiones Los Pinares.
José Daniel Márquez, por ejemplo, le dijo a la Comisión que el 10 de abril del año pasado recibió dos cartas en la puerta de su casa. En una ellas habían escrito esto: “Ya matamos a dos, vos sos el que seguís”.
Un empleado de Los Pinares, dijo Márquez, hacía rondas frente a su hogar día y noche. Juan López aseguró que, a finales de 2022, recibió la visita de un empleado de la empresa de Pérez, quien le dijo: “Andate con cuidado, porque no saben con quién se están metiendo”. Como esos, más testimonios y más antiguos, incluso de algunas víctimas que alegan haber sufrido de amenazas y acoso por empleados de Lenir Pérez al menos desde principios de la década pasada, cuando las empresas relacionadas con el empresario ya tenían varios proyectos mineros en las montañas de Tocoa.
A Juan López, el ambientalista asesinado el 14 de septiembre pasado, matones a los que él en su momento relacionó con Fúnez y Pérez, lo habían amenazado constantemente. Fue la muerte de López la que provocó, en pocas horas, la reacción del Ministerio Público hondureño, que después de casi una década de haber recibido las primeras denuncias contra empleados de Lenir Pérez, le abrió una investigación formal por depredación ambiental y allanó la casa del alcalde Fúnez.