- Economía
- Gregory Beltrán
Todavía están frescos los recuerdos del 2016, cuando La Paz vivió uno de los peores momentos de sequía, pero principalmente de la provisión de agua potable que obligó a tomar una serie de medidas y pese al paso del tiempo todavía no es posible garantizar que el problema se hubiera superado.
Lo que preocupa es el constante crecimiento del consumo de este recurso hídrico, un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) denominado Estadísticas de Medio Ambiente 2008-2023 señala que en este periodo creció el consumo en sus cuatro categorías en más de 15 millones de metros cúbicos. En total son 15.222.511 de metros cúbicos.
El año pasado el consumo total llegó a casi 63 millones de metros cúbicos en las categorías comercial, doméstico, estatal e industrial, mientras que en 2008 era de casi 48 millones de metros cúbicos.
La categoría doméstica fue la que registra mayor crecimiento, pues en 2008 se consumía más de 38 millones de metros cúbicos y el año pasado subió a casi 52 millones de metros cúbicos.
Según la Autoridad de Control de Agua Potable (AAPS) las elevadas temperaturas que se registran en la temporada de primavera y verano hacen que el consumo se incremente, por lo que instaron a los gobiernos subnacionales activar normativas que eviten el derroche de agua y también establecer sanciones.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) considera que hay suficiente agua dulce para satisfacer las necesidades de la población, pero el problema radica en saber cuánto tiempo se la puede conservar.
La crisis que vivió La Paz en 2016 motivó a instituciones y estudiosos plantear algunas soluciones. Así nació la empresa AQUAKIT, que “se crea como respuesta a la necesidad de presentar soluciones prácticas, tangibles y sostenibles a la problemática del agua en la región”. Se trata de una iniciativa “para el tratamiento, reciclaje y reaprovechamiento de aguas residuales”.
Su objetivo es contribuir con el ahorro del agua mediante la implementación de sistemas inteligentes para tratar las aguas residuales generadas en inmuebles residenciales y comerciales, con el fin de disponerlas en riego de áreas verdes, limpieza y/o llenado de inodoros.
Esta empresa calcula que cada persona gasta 100 litros de agua al día, de los cuales 60 son aguas grises que se pueden aprovechar, por lo que su propuesta ya despertó el interés de diferentes sectores.