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  • Carmen Challapa

En septiembre de 2022, la fuerza antiviolencia habilitó la aplicación del botón de pánico destinado principalmente a las víctimas de violencia de género. Este recurso se instala en el teléfono celular de mujeres que corren riesgo de ser víctimas de violencia de género; cada dependencia de la fuerza antiviolencia tiene un centro de monitoreo que debe atender con prontitud ante cada pedido de auxilio.

A dos años de su implementación, colectivos que luchan contra la violencia de este tipo advierten de que ese mecanismo de prevención no funciona de manera correcta, no llega a las zonas rurales y alejadas del país, que es donde hay mayor incidencia de estos casos.

Nivia Coca, representante del colectivo Mujeres de Fuego, de Cochabamba, explicó que la mayor cantidad de casos de violencia feminicida y de género se reportan desde las áreas rurales donde no hay acceso a internet, además que las víctimas no tienen posibilidades de adquirir un teléfono celular con sistema Android. 

“Lamentablemente, está dirigida sólo a un pequeño sector de mujeres agredidas, porque la mayor cantidad de víctimas ni siquiera conoce los alcances de la Ley 348, mucho menos saben de la existencia del botón de pánico”, refirió la activista.

Además, consideró que es urgente que el Estado disponga de mayor presupuesto para ejecutar trabajos de prevención y socialización de las disposiciones legales.

EVALUACIÓN

A su turno, el director nacional de la fuerza antiviolencia, Douglas Uzquiano, indicó que esta aplicación sí funciona, pero que, algunas víctimas de violencia no quieren instalarlo o no tienen acceso a un teléfono celular adecuado. 
“Antes de instalar la aplicación, hacemos una evaluación del caso e iniciamos las medidas de protección hacia la víctima, sin embargo, en algunas ocasiones, las víctimas tratan de retomar la relación con sus parejas, no hacen uso de la aplicación, y después vuelven a ser agredidas. Es por esto que pedimos que llamen a la Policía para evitar nuevos reportes de feminicidio o de agresiones”, explicó el jefe policial.

Cuando se presentó este proyecto, sus creadores aseguraron que se trataba de un mecanismo capaz de salvar la vida de mujeres en situación de extremo peligro, pero su aplicación práctica tropezó con problemas serios como la necesidad de que la persona que vaya a enviar el pedido de auxilio disponga de megas en su teléfono celular y que se encuentre en un lugar al que la Policía pueda acceder rápidamente.