La ecología política examina las interrelaciones entre factores políticos, económicos, sociales y problemas ambientales, analizando cómo las estructuras de poder y relaciones de dominación influyen en la gestión y distribución de recursos naturales, así como en las respuestas a crisis ambientales. El término surgió en la década de 1970, en paralelo con el movimiento ecologista global. Obras clave, como “The Political Economy of Soil Erosion in Developing Countries” de Piers Blaikie, ilustraron cómo políticas y dinámicas de poder contribuyen a la degradación ambiental. El cambio climático es uno de los temas cruciales dentro de esta disciplina. El consenso científico atribuye el calentamiento global principalmente a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y deforestación, con impactos como aumento de temperaturas, derretimiento de casquetes polares, elevación del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos. El marco internacional para abordar el cambio climático se estableció en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) en Río de Janeiro en 1992, que produjo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Las Conferencias de las Partes (COP) son foros clave donde los países negocian acuerdos para mitigar el cambio climático. El Protocolo de Kioto (1997) fue el primer acuerdo vinculante que obligaba a países industrializados a reducir emisiones de gases de efecto invernadero, pero tuvo efectividad limitada. El Acuerdo de París (2015) estableció un marco global para limitar el aumento de la temperatura global a menos de dos grados Celsius, basado en compromisos voluntarios de los países (NDCs). La ecología política también aboga por la justicia ambiental, abordando desigualdades en exposición a riesgos ambientales y acceso a recursos naturales, con foco en comunidades marginadas más afectadas por degradación ambiental y cambio climático. La Carta de la Tierra (2000) es un documento ético que subraya la necesidad de desarrollo sostenible y justo, promoviendo principios como respeto a la vida, integridad ecológica, justicia social y económica, democracia y paz. En la última década, la ecología política ha ampliado su enfoque para incluir temas como economía verde, justicia climática y derechos de la naturaleza. La economía circular, que busca reducir el desperdicio mediante reutilización y reciclaje, es un concepto emergente. A pesar de avances, la ecología política enfrenta desafíos como resistencia política y económica a reformas para mitigar el cambio climático, y la desigualdad global como obstáculo para la justicia ambiental. Este campo es fundamental para entender y abordar los desafíos ambientales del siglo XXI, promoviendo una relación más equitativa y sostenible entre la humanidad y el planeta. Por: Enrique Alfonso Miranda