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El sacerdote catalán Luis María Roma Pedrosa, conocido como Lucho Roma, ha sido expuesto por abusar de cientos de niñas indígenas en Bolivia a lo largo de varias décadas. Este caso, el segundo revelado de un pederasta jesuita en el país, que ha causado conmoción tras la publicación de los diarios del cura, por parte de el diario El País de España, el mismo medio que el año pasado expuso las memorias del sacerdote Alfonso Pedrajas.

Lucho Roma, quien firmó una confesión ante notario antes de fallecer en 2019, admitió haber cometido actos libidinosos con niñas de entre ocho y 11 años entre 1998 y 2002. Aunque la justicia boliviana archivó el caso por falta de testimonios, El País logró localizar y entrevistar a varias víctimas que relataron los abusos sufridos. "Nunca fue mi intención hacer daño a ninguna de las niñas y en los momentos que se dieron estas conductas fue por una fuerza mayor que yo no podía controlar. Reconozco la falta grave cometida, pido perdón por el daño que hubiera podido ocasionar a las niñas y al haber defraudado la confianza de las mamás".

En sus diarios, Roma detalló cómo manipulaba y abusaba de las niñas, incluyendo tocamientos inapropiados y la filmación de actos sexuales. La investigación también reveló la complicidad de otros implicados, como su hermano Francesc, también acusado de pederastia.

Este escándalo ha puesto en entredicho la actuación de la orden jesuita en Bolivia, que inició una investigación interna en 2019 pero no informó a las autoridades ni compensó a las víctimas. Las revelaciones de El País han reavivado el debate sobre la protección de los menores y la transparencia en los casos de abuso dentro de la Iglesia Católica.

El propio sacerdote Roma firmó ante notario una confesión y murió el 6 de agosto de 2019 a los 84 años: "Me dejé llevar, en algunas situaciones, por actos libidinosos, impropios de un religioso, con niñas de ocho a 11 años".

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