En tan solo 40 años de relacionamiento con la República Popular China, el gigante asiático se ha convertido en el principal socio comercial de Bolivia. El 9 de julio de 1985, el entonces presidente Hernán Siles Zuazo dio un paso importantísimo en el ámbito del relacionamiento diplomático de Bolivia, ya que en los años precedentes las sucesivas administraciones del país reconocían a China Nacionalista, que ocupa la isla de Taiwán, donde encontraron refugio las fuerzas militares de Chiang Kai-shek tras la derrota infligida por las tropas de Mao Zedong, lo que en 1949 dio lugar al surgimiento de la República Popular China.
Las presiones ejercidas por Washington durante los años de la Guerra Fría, que continuaba en 1985, impedían que Bolivia reconociera a Pekín, aunque su presencia e influencia en el escenario mundial era una realidad desde 1949. Fue casi un acto de provocación al orden internacional vigente en aquellos años. El primer gobierno de la recuperada democracia boliviana ya había dado un giro especial en 1983, cuando estableció relaciones diplomáticas con la República de Cuba, presidida en ese entonces por Fidel Castro.
Apenas cuatro años después, cayó el Muro de Berlín y, con esa acción, desapareció la órbita comunista representada por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), con la que Bolivia mantenía relaciones desde 1945. Fue el presidente Gualberto Villarroel quien entabló ese acuerdo y estableció el intercambio de embajadores.
Lo llamativo del caso que nos ocupa es que, en apenas 40 años, Bolivia y China han consolidado una sólida relación bilateral, marcada por el anhelo de una multipolaridad mundial, en contraposición a la concepción de un mundo unipolar regido por una sola potencia mundial. El bloque BRICS+ es un resultado de esta nueva concepción de la diplomacia.
Quedan atrás los tiempos en los que la designación de autoridades requería la complacencia de una embajada. Los tiempos cambian. El mundo de hoy es absolutamente distinto al de las últimas décadas del siglo pasado, e incluso a las dos primeras de este. Bolivia y la República Popular China son hoy dos naciones amigas, lo cual es de gran importancia para la economía nacional.