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Hace 86 años, el 28 de mayo de 1938, Germán Busch era posesionado como presidente constitucional. El héroe de la Guerra del Chaco había ejercido la primera magistratura de facto desde 1937.
En el periodo que siguió a este acto simbólico fue uno de los más importantes y fructíferos de la historia reciente del país.
Durante su gestión que abarcó desde el 13 de julio de 1937, Busch aprobó disposiciones legales tan importantes como la nacionalización del Banco Central de Bolivia, creado en 1929 por Hernando Siles, pero que tenía participación accionaria de inversionistas privados.
Decretó que los exportadores depositen el 100 por ciento de las divisas que generaban en el Banco Central, que les devolvía similar monto en moneda nacional, al cambio oficial.
Creó el Banco Minero de Bolivia, que fue liquidado por acción del Decreto Supremo 21060 en la segunda mitad de la década de 1980 y puso en vigencia el primer Código de Trabajo en el país, cuyos alcances, disposiciones y espíritu se mantienen en el presente.
Convocó a una asamblea constituyente, que redactó una Carta Magna que incorporó conceptos aún vigentes. Con esa ley fundamental, Busch sentó las bases de la Revolución Nacional y el camino para que los pueblos indígenas, originarios y campesinos puedan vivir en libertad y con dignidad, con pleno goce de sus derechos. Señaló la vía para que los bolivianos recuperen el derecho propietario de los recursos naturales.
Aunque no pudo ver materializado su objetivo por su prematuro fallecimiento, Busch fue un pionero en la abolición del pongueaje, una forma de esclavitud de los colonos que prestaban servicios en las grandes propiedades rurales. Esas disposiciones legales fueron derogadas por sus sucesores, aunque se consolidaron después del triunfo de la Revolución Nacional de 1952.
Si bien, su antecesor, David Toro Ruilova, había creado Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, Busch logró el afianzamiento de la estatal hidrocarburífera y dispuso el pago del 11 por ciento de regalías para los departamentos productores de petróleo.
Logró, lo más importante de todo, la firma del Tratado de Paz con Paraguay, que importó la recuperación de 20 mil kilómetros cuadrados de territorio y el consecuente acceso a la hidrovía que comunica el oriente boliviano con el océano Atlántico.