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25/6/2025.- Arica es el cuarto destino de Boliviana de Aviación (BoA) sobre el océano Pacífico, después de Lima, Iquique y Santiago. El vuelo inaugural se cumplió este lunes desde el aeropuerto de El Alto hasta la terminal aeroportuaria de Chacalluta, muy cerca de la frontera peruano-chilena. 

La travesía dura apenas una media hora y desde el aire se puede contemplar paisajes que quitan el aliento: la ciudad de Viacha, cuyo crecimiento es importante; el lago Titicaca, el tata Sajama, los Payachatas, con sus soberbias cumbres nevadas, y la pampa altiplánica que parece infinita, aunque de pronto se encuentra con el inmenso mar.

Con sus 260 mil habitantes, Arica es un centro urbano muy importante del llamado norte grande chileno, aunque parece un punto perdido en medio de la pampa. Se halla a poco menos de 60 kilómetros de Tacna, a 470 de La Paz y 310 de Iquique. De esas 260 mil personas, se calcula que unas 30 mil tienen nacionalidad boliviana o son sus descendientes. No se sabe cuántos, pero la mayoría se naturalizó y tiene documentos chilenos.

Al salir de La Paz, es posible advertir cuán fuerte es la cultura aymara fuera de La Paz. Los apellidos de esta etnia: Mamani. Paco, Tupa, Huanca, Choque y tantos otros se multiplican, mientras que en el aeropuerto y en diferentes puntos de la ciudad de Arica, la señalética contiene mensajes en español, inglés y aymara.

En sus proximidades se encuentran los valles de Lluta y Azapa, que pese a contar con no más de 3.500 kilómetros cuadrados —para citar un ejemplo, la provincia Murillo, de La Paz, tiene unos 4.700 kilómetros cuadrados—, es responsable de producir un volumen tal de frutas, hortalizas y verduras que satisface la demanda interna del mercado chileno.

Aunque se encuentra enclavado en medio del desierto de Atacama, el más seco del mundo, Arica capta agua de las napas freáticas o bolsones subterráneos, mientras que los ríos Azapa y San José que alimentan la producción agrícola en medio de la pampa.

Es una ciudad en la que prácticamente no llueve y la temperatura media en invierno se aproxima a los 14 grados Celsius y en verano no supera los 28 grados.

Mientras se perfeccionan los trámites correspondientes, los ejecutivos de la aerolínea estatal planifican dos combinaciones aéreas semanales —martes y jueves— entre La Paz y Arica. Los precios de los boletos fluctuarán entre 1.300 y 2.300 bolivianos.

Estos vuelos se reanudan después de muchos años, tantos que ya hasta las autoridades chilenas perdieron la cuenta. El Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) ofrecía el servicio, así como Ladeco, una línea aérea del vecino país, que al igual que el LAB dejó de operar hace tiempo. 

Las autoridades locales de Arica abrigan la esperanza de recibir un importante número de turistas bolivianos, pues ésta es una de las principales actividades generadoras de ingresos para los pobladores locales, así como de exportadores e importadores nacionales. En efecto, más de 75 por ciento de la carga que se mueve por ese puerto proviene o se dirige a Bolivia, algo que en opinión del alcalde ariqueño Orlando Vargas Pizarro no cambiará, pese a que se puso en funcionamiento el megapuerto peruano de Chancay, por la distancia y la inseguridad, pues hubo robos en el trayecto de esa estructura y el territorio nacional.

Además, los carnavales de Oruro y Arica se hermanaron. Vargas Pizarro, un chileno, cuya abuela, de apellido Rocha, nació en Cochabamba, y de madre natural de Tacna, asegura que el primero tiene un objetivo turístico y el segundo es devocional, y revela que “yo bailo la morenada”.