• Economía
  • Gregory Beltrán

“Para fortalecer y garantizar la seguridad con soberanía alimentaria de nuestro país, en Gabinete aprobamos un Decreto Supremo que difiere a cero el arancel para la importación de arroz destinado a fortalecer el consumo interno”, escribió ayer en sus redes sociales el presidente Luis Arce a tiempo de informar que se incrementó en más de 397 millones de bolivianos los recursos del Fondo Rotatorio para la Seguridad Alimentaria para la compra, importación y comercialización de aproximadamente 60 mil toneladas de este cereal.

PROVISIÓN

De esta forma el Gobierno pretende garantizar el abastecimiento del grano cuyo precio se incrementó debido a problemas climáticos en Brasil y la inflación en naciones vecinas. Esto hizo, por ejemplo, que el quintal de arroz se cotice por encima de los 700 bolivianos, mientras en Bolivia la empresa estatal Emapa vende una arroba en 50,50 bolivianos. “Establecemos acciones concretas para prevenir y combatir la especulación y el contrabando a la inversa, puesto que tenemos la producción suficiente para abastecer el mercado interno y garantizar la estabilidad de precios de nuestros alimentos”, escribió Arce.

En conferencia de prensa, en la Casa Grande del Pueblo, el ministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca, informó que se importará arroz en diciembre, enero y febrero del próximo año por 397.2 millones de bolivianos. Detalló que en 2023 se han producido 699.142 toneladas de arroz y el consumo interno fue de 415.033 toneladas, para esta gestión se tiene previsto una producción total de 433 mil toneladas y una demanda de 433.170 toneladas.

De esta forma, el Gobierno garantiza la provisión del grano hasta fin de año. “Sin embargo, a objeto de combatir esta especulación que han creado algunos intermediarios y el contrabando a la inversa estamos tomando esta previsión para importar por lo menos para tres meses alrededor de 60.000 toneladas de arroz de terceros países”, declaró Huanca.

CARNE DE RES 

Luego de un recorrido la madrugada de ayer en frigoríficos de la ciudad de El Alto, el viceministro de Defensa del Usuario, Jorge Silva, refirió que se constató que el kilo gancho de la carne de res se comercializa entre 26 y 27 bolivianos, cuando se había acordado 22 bolivianos para la carne del Beni y 24,50 bolivianos para la de Santa Cruz.

Pero también se difundió un audio en el que supuestos comercializadores piden fijar incluso fijar el precio hasta en 28 bolivianos, por lo que la autoridad dijo que se enviará este material para que las autoridades policiales confirmen su procedencia.

Silva explicó que este incremento se debe a la exportación de carne de alta calidad, la especulación en el mercado y el aumento en los costos de transporte por los bloqueos en varias rutas. 

“Hemos remitido audios a la Policía para investigar quiénes están promoviendo el incremento irregular de precios”, declaró. “Ustedes tienen que poner el precio, no el comprador”, se escucha en el audio.

Se calcula que este incremento en el precio gancho de la carne de res representa para el consumidor final una subida de hasta 3 bolivianos, aunque en algunos mercados subieron incluso hasta en 5 bolivianos