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Heladas y sequías han causado, desde noviembre del año pasado, daños significativos en cultivos de al menos ocho productos sembrados sobre 137.323 hectáreas, según el reciente Reporte Nacional de Afectación Agropecuaria.
Los productos agrícolas afectados por las inclemencias climatológicas son sorgo, girasol, trigo, papa, maíz cebada, quinua y cebolla, entre otros.
El informe establece que los daños se ubican principalmente en 165 comunidades de 15 municipios y territorios indígena originario campesinos.
Se destaca que, en total, 7.166 productores agropecuarios afrontan dificultades como consecuencia de los fenómenos climatológicos adversos.
Un dato llamativo del informe consiste en que 135.825 hectáreas afectadas se encuentran en el departamento de Santa Cruz y 1.498 hectáreas se distribuyen en otras regiones del país.
PÉRDIDAS
El documento establece que están en peligro de perderse 75.393 hectáreas sobre las que se plantó sorgo, un cereal que bajo determinadas condiciones puede reemplazar al trigo.
Además, 36.873 hectáreas cubiertas con girasol sufrieron daños a causa de la falta de agua, aunque más grave es el caso del trigo, grano del que están en inminente riesgo de quedar destruidas 23.152 hectáreas.
Un informe de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo) establece que en la campaña de invierno 2024 sólo se plantaron 77 mil hectáreas en Santa Cruz, por lo que la pérdida es significativa.
Esta superficie es mucho menor a las casi 215 hectáreas en las que se sembró este cereal en 2022.
Bolivia no es un país que pueda cubrir con sus cosechas su demanda interna de trigo, por lo que debe recurrir a importar este cereal, insumo para la fabricación de harina con la que se elabora el pan de batalla.
El reporte establece, además, que 572 hectáreas sembradas con papa están dañadas, al igual que 294 de maíz, 248 de cebada, 220 de quinua y 31 de cebolla.
Las restantes 540 hectáreas fueron cubiertas en la actual temporada por cultivos de otros productos.
Por: Jorge Jové