- Sociedad
- Susana Salinas
En un mes, el fuego devoró más de tres millones de hectáreas de bosque (3,1), mientras que la quema de pastizales mantuvo un ritmo de 2,3 millones de hectáreas en este periodo, según datos ofrecidos ayer por el ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer, en Bolivia TV.
Remarcó que los únicos datos oficiales sobre los incendios forestales en Bolivia son los que genera el Sistema Integrado del Monitoreo de Bosques (SIMB) y no otras instancias.
El 7 de septiembre, el Gobierno emitió la “emergencia nacional”. En esa ocasión, Lisperguer informó de 1,5 millones de hectáreas afectadas por el fuego en áreas boscosas y 2,3 en pastizales, para un total de 3,8 millones de hectáreas a escala nacional.
Ayer, la autoridad indicó que a la fecha se tiene una afectación de 4,6 millones de hectáreas de bosque y 2,3 de pastizales.
Las quemas de pastizales que protagonizaron los productores agroindustriales “ya han terminado, principalmente en Santa Cruz, y ahora únicamente se ve el descontrol generado por la actividad de las quemas”, sostuvo al aclarar que los incendios repercutieron en áreas boscosas que en la actualidad arden.
TRÁFICO
“De acuerdo a las investigaciones (...) existen también organizaciones o grupos, más bien, bien organizados para poder realizar estas quemas, principalmente con la finalidad también de traficar las tierras”, denunció el ministro Lisperguer.
Además, denunció “intenciones” de aprovechar esta situación. Explicó, por ejemplo, que en una comunidad se sofocó los incendios, pero a la hora de mitigar las llamas resurgió otro evento. “Muchas de estas viviendas que se van quemando son como casuchas, son viviendas de material muy combustible, e inmediatamente aparecen las solicitudes pidiendo viviendas sociales con materiales de construcción como el ladrillo”, señaló.
También denunció casos en los que se solicita ayuda humanitaria en zonas donde no hubo incendios, o el registro de incendios con el fin de pedir ayuda humanitaria.
Sin embargo, la autoridad no se refirió al problema de la sequía y la falta de agua, también por la contaminación con cenizas, que obligó a muchas comunidades a demandar el líquido elemento y alimentos para subsistir.
Lisperguer anunció que se desplegarán las investigaciones policiales para identificar a los responsables, si los hubiera.
Mientras, en la región oriental del país una densa humareda envolvió varios municipios, lo que empeoró la calidad del airte y afectó la salud de las poblaciones afectadas.