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La Organización de Trabajadoras Nocturnas de Bolivia (OTNB) pide que se efectivice una ley municipal en pro de la seguridad de este y el sector de las trabajadoras sexuales independientes, tras el feminicidio de su compañera Diana C. S. C. V.

Diana de 30 años, fue asesinada por Edgar I.S.T., de 46 años, el pasado domingo en la madrugada, en un local nocturno de la zona 12 de octubre en El Alto, luego de rechazar una propuesta de matrimonio a su cliente que también era su enamorado.

“Las trabajadoras sexuales necesitan normativas a las cuales podernos regir, normativas en las cuales podamos pedir seguridad, no solamente en una fuente de trabajo que sea un lenocinio, también en los alojamientos. Hagamos una normativa, sino se puede nacional, por lo menos municipal, en la cual podamos exigir tener seguridad”, exigió la dirigente de este sector Aylin Aparicio, en conferencia de prensa.

 “El ejercer el trabajo sexual no nos quita el derecho de ser seres humanos, no nos quita el derecho a la seguridad, el derecho a poder llevar una vida digna”.

Además, Aparicio lamentó que las mujeres que se dedican al trabajo nocturno sufren constantes agresiones físicas y sexuales, “no por ejercer el trabajo sexual vamos a perder el derecho a decir no quiero tener intimidad”, indicó.

Según el registro de ellas, son casi 7 mil trabajadoras nocturnas registradas y no registradas en la ciudad de El Alto.

El 2 de junio de 1975, ciento cincuenta mujeres trabajadoras sexuales ocuparon la Iglesia de St. Nizier en Lyón (Francia), para exigir el cese de la violencia policial. Estas mujeres resistieron durante una semana, hasta que el 10 de junio fueron violentamente reprimidas. El pueblo francés las protegió y apoyó su huelga, reconociendo por primera vez a las trabajadoras sexuales como mujeres con derechos.

Este es el primer registro histórico de una huelga de este sector. Ante esa lucha, reivindican el 2 de junio el Día Internacional de la Trabajadora Sexual.

Por: Judith Apaza Ochoa