• Economía
  • Gregory Beltrán

La primera etapa del Corredor Bioceánico, que unirá el Pacífico con el Atlántico con una vía que empezará en Brasil, pasará por Paraguay, seguirá por Argentina y terminará en Chile, estará lista a inicios de 2026 y Bolivia quedó marginada de este proyecto por los permanentes bloqueos que se producen en el país, en criterio del empresariado privado.

Para hoy, por ejemplo, se anuncia un paro de 24 horas en Santa Cruz, mientras que un sector del Movimiento Al Socialismo (MAS) anuncia nuevos cortes de ruta en caso de que no atiendan sus demandas.

Durante 2023 sólo en la ruta Cochabamba-Santa Cruz se reportaron 180 días de bloqueos, es decir, a lo largo de la mitad del año, una de las principales rutas importantes de Bolivia estuvo bloqueada.

El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Jaime Ascarrunz, indicó que el sector privado no puede apoyar este tipo de medidas y que se debería persuadir a los manifestantes para resolver sus dificultades por otros mecanismos, pues “no podemos acostumbrarnos a bloquear el país por mucha razón que pudiésemos tener porque esto ha perjudicado no solamente al comercio, a la industria de nuestro país, sino perjudica a la imagen del país”.

El directivo dejó por un momento el quinto encuentro internacional sobre controversia y arbitraje, que se realizó en la zona Sur de la ciudad de La Paz, para referirse a varios temas, entre ellos los perjuicios que entrañan los bloqueos de caminos.

Uno de estos perjuicios fue la exclusión de Bolivia del proyecto que unirá los puertos de Santos en Brasil con Antofagasta e Iquique en Chile.

Esta decisión fue adoptada pese a que durante la visita del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, se habló de la necesidad de impulsar la integración entre ambos países. “El acceso de Brasil y Bolivia al océano Pacífico es estratégico para la apertura de nuevos mercados y para la inserción del continente en los nuevos flujos de comercio”, dijo en una intervención.

“Es de todos conocido que por esta inseguridad que existe, de poder transitar libremente por nuestras carreteras, han decidido que estas carreteras, por lo menos una de ellas, va a pasar por el sur de Bolivia y los bolivianos no vamos a poder acceder directamente a ella”, concluyó Ascarrunz.

Según cálculos del Ministerio de Economía, la pérdida diaria causada por un bloqueo de la ruta Cochabamba-Santa Cruz en enero pasado ascendió a 128 millones de dólares, en demostración del perjuicio causado por estas acciones.