“Es como si nos cobraran otro impuesto”, sentenció hace algunos años el conductor de un taxi con respecto de la aplicación del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT). ¿Por qué a muy pocos les gusta pagar impuestos? Cuando cualquier persona se lleva la mano al bolsillo para sacar algunos billetes para hacer una transacción recibe algo directamente a cambio, pero las únicas operaciones financieras a través de las que a nadie se le entrega algo directamente en retribución son los impuestos.
De hecho, el término deviene del concepto de que se trata de una obligación que ha sido impuesta por el Estado y que, en muchos casos, las personas creen que las recaudaciones se desvían a cuentas particulares en actos de corrupción pura y dura.
Pero, ése no es el tema de esta columna. El SOAT no es un impuesto, a cambio de un pago, los propietarios de los vehículos reciben una póliza que les permite afrontar, en caso de sufrir algún percance, al menos parcialmente los gastos que demanda la recuperación de las víctimas directas del hecho o, en su caso, las erogaciones funerarias.
Evidentemente, no los exime de la responsabilidad penal, pero atenúa las consecuencias civiles de los hechos de tránsito en los que cualquier conductor pudo quedar involucrado.
No se trata, pues, de un impuesto, sino de una previsión ante eventualidades futuras.
Nadie, que no sea propietario de un vehículo indocumentado, puede circular por calles y carreteras del país sin contar con este seguro, que es una práctica mundial.
Durante los primeros 11 meses de 2024, autoridades policiales registraron más de 18 mil accidentes de tránsito. Las víctimas se cuentan por decenas de miles y quienes habrían tenido que cubrir el 100 por ciento de los costos médicos y de sepelio habrían sido los dueños de los motorizados involucrados.
Pese a ello, hasta el momento, poco más de la quinta parte del parque automotor nacional se encuentra ya protegida por este mecanismo preventivo, más de las tres cuartas partes todavía y eso debe llamar a la preocupación de los directos involucrados para adquirir este seguro.